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Mostrando las entradas de marzo, 2013

El celibato obligatorio no data de los primeros tiempos del cristianismo

En días recientes apareció en la sección de cartas al lector del New York Times algo que cuadra muy bien con lo que en una ocasión le estuve presentando a un grupo en una presentación de mi libro. Se trata de Mon. Harry Byrne, ex canciller de la arquidiócesis de Nueva York. En mi traducción, la carta dice lo siguiente.  "[Difiero de la opinión de los que plantean] que el celibato obligatorio se basa sobre todo en una infravaloración de las mujeres. Eso es cierto en parte. Pero la razón primordial [para imponer el celibato obligatorio a los sacerdotes] fue la de proteger los derechos de propiedad de la Iglesia Católica. "Los sacerdotes casados le estaban dejando a sus hijos [en herencia] huertos, viñedos, y otras propiedades de las parroquias locales. Para poner fin a esto, los papas del siglo XI le prohibieron el matrimonio a los sacerdotes a pesar de la fuerte oposición de parte de algunos obispos y de la mayoría de los sacerdotes. "El obispo Ulrico de Imola,

La Redención

Para nosotros hoy día no tiene sentido decir que Dios exigió el sufrimiento y la muerte de Jesús para compensar por nuestros pecados.  Jesús no vino a anunciar un Padre enfurecido y listo para desatar calamidades en venganza por nuestros pecados. Eso es lo que anunciaron los profetas cuando exigían el arrepentimiento del pueblo. Jesús vino a anunciar que lo fundamental es amar a Dios y al prójimo. Amar a Dios: es decir, amarlo incondicionalmente, según lo que es el mismo amor, que no pone condiciones ni es egoísta. Por su parte, nos dice Jesús, Dios es un padre, nos ama como un padre ama a sus hijos. Esto es, que él también nos ama incondicionalmente. Nos ama a pesar de nuestros pecados y por eso su actitud es la del padre frente a su hijo pródigo, la del pastor respecto a la oveja descarriada.  Jesús nos dice que amemos como el Padre nos ama.  Recientemente Garry Wills ha publicado un estudio sobre una base teológica y exegética mucho más sólida que la mía: Why Pries