El misterio pascual es el eje principal de nuestra vida cristiana. El misterio pascual es Jesús que nos lleva a la unión con Dios mediante su pasión, muerte y resurrección. La realidad pascual incluye tanto la pasión y muerte de Jesús cuanto su resurrección. Por eso en la misa al celebrar este misterio decimos, «Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven Señor Jesús». Todo el calendario litúrgico es un celebrar de este misterio de nuestra fe. Así, celebramos el misterio pascual de nuestra salvación con la temporada litúrgica de las semanas de cuaresma (nuestro morir al pecado y al egoísmo y a la vida alejada de Dios), que da paso y se refleja en el aspecto positivo de la resurrección en la temporada litúrgica de las semanas de Pascua. Igual, la Semana Santa se refleja en la semana pascual siguiente. Es lo mismo que decimos del bautismo, que conlleva las semanas del catecismo o catecumenado, el morir al quedar sumergidos en el agua y luego el renacer al salir (emerger) de l
Carlos Ramos Mattei