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La eutanasia pasiva

  La Congregación para la Doctrina de la Fe ha emitido un comunicado reciente en que renueva la condena del suicidio asistido practicado con personas en las etapas terminales de vida (ver https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20200714_samaritanus-bonus_sp.html en la página del Vaticano). El lector puede leer el documento por su cuenta.  A mí me preocupa encontrarme en etapa de muerte en un hospital católico, porque los médicos tendrán que decidir a base del miedo a los abogados y a las monjas supervisoras. Pero pensemos esto con calma, como cristianos, ahora. Qué no decir de los legisladores que al momento de pasar leyes sobre el asunto lo harán llevados por el deseo de complacer a los votantes. Uno puede razonar sobre esto mirando esto «desde arriba». Uno puede pensarlo tomando en cuenta eso, en el qué dirán los votantes y los amigos, o en lo que dicen los clérigos, o en lo que pueda entenderse desde abstracciones y teorías.   Qué tal ver

Domingo 7º del Tiempo Ordinario, Ciclo A

La primera lectura de hoy está tomada del libro del Levítico 19,1-2.17-18. Dios le habla a Moisés y a través de él a todo el pueblo hebreo y a través de ellos a todos nosotros.  Seréis santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo. No odiarás de corazón a tu hermano. Reprenderás a tu pariente, para que no cargues tú con su pecado. No te vengarás ni guardarás rencor a tus parientes, sino que ama­rás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor. Cuántos cristianos no han prestado atención a tales exhortaciones. Se pueden considerar mandamientos de la Ley de Dios. Pero los fariseos en tiempos de Jesús no se acordaron de eso. Jesús se los recordó. En ese sentido es que en el evangelio del domingo pasado Jesús nos dijo, «No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud». El canto responsorial canta los versículos del salmo 103(102),1-2.3-4.8.10.12-13. «El Señor es compasivo y misericordioso,» nos dice, «lento a

Domingo 3° de Adviento, Ciclo A

Tradicionalmente, este domingo es todo uno de alegría. Por eso el celebrante viste de rosado, en vez del morado de Adviento. Esto en realidad es algo opcional, no estrictamente impuesto, en la medida que en algunas parroquias no hay dinero para comprar vestimentas litúrgicas para sólo usarlas en dos ocasiones al año. También se supone que ahora se ponen flores y adornos en el presbiterio, cosa que normalmente no va con el espíritu de la pequeña cuaresma de Adviento.  Hasta 1965 en las misas pontificales y cantadas en latín el canto antifonal de entrada comenzaba con las palabras del « Gaudéte » de San Pablo en Filipenses 4,4-6: Gaudéte in Domino  semper: íterum dico, gaudéte; Estén siempre alegres en el Señor: insisto, alégrense . La traducción del misal que uso (que me regalaron las Hermanas Carmelitas de Vedruna, de la Universidad Católica de Ponce, allá por 1962) pone, «Gozaos en el Señor…» En la primera lectura (Isaías 35,1-6.10) se anuncian los tiempos mesiánicos en

Domingo 33, Tiempo Ordinario, Ciclo C

El evangelio del domingo de hoy presenta el tema de la Segunda Venida, de la llegada del último día y el fin de los tiempos. Naturalmente, lo asociamos al tema de la resurrección de la carne, como en el domingo pasado. En los párrafos siguientes le propongo al lector una reflexión que no va a seguir la ruta de otros domingos. No va a ser a la manera de una meditación directa sobre las lecturas para este domingo.  Si el lector lo prefiere, siempre puede ir a mis apuntes para este domingo pinchando aquí . En las reflexiones que siguen le pido al lector paciencia. Le pido terminar de leer todo, antes de lanzarse de inmediato a conclusiones. En mis tiempos de estudiante, allá por 1965, cuando estaba de moda la canción « Hang on Sloopy », también estuvieron de moda los teólogos de la muerte de Dios. No es que Dios hubiese muerto como tal. Es que había muerto –lo notaban así, ahora– una apariencia falsa de Dios.  Para aquella situación propusieron el proyecto de un

DOMINGO 3 - TIEMPO ORDINARIO - CICLO C

En el evangelio de hoy comenzamos la lectura del evangelio de San Lucas, desde el capítulo 1. Jesús inicia su misión en la sinagoga de Nazaret y proclama que se han cumplido las Escrituras.  De esta manera con el año litúrgico continuamos la celebración de nuestra salvación al recordar el momento en que Jesús comenzó su recorrido desde Galilea para darnos la Buena Noticia. La inauguración de la vida pública de Jesús en la sinagoga de Nazaret es ya la inauguración del Reino de Dios. Veamos el asunto como lo pudieron haber visto los que estaban allí y le escucharon leer las Escrituras. “Aquí está uno que todos conocemos y que nos dice que ya llegó la salvación, que se han cumplido las Escrituras,” pensarían. Recordar que es en la sinagoga de Nazaret, una aldea de una treintena de familias.  Pero si le damos fe a las narraciones de los evangelios, la noticia se regó y llegaron muchos a verle y escucharle. Llegó a tener tal importancia que en Jerusalén se sintieron obligados