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Domingo 32, Tiempo Ordinario, Ciclo C

Primera Lectura Segundo Libro de Macabeos 7,1-2.9-14. La primera lectura de hoy narra un episodio dentro de la historia de la persecución de Antíoco Epifanes en que una madre es traída para renegar de su fe judía, comiendo lo prohibido. Le acompañan sus hijos. Se les insta a comer cerdo, cosa prohibida por la Ley. Estamos dispuestos a morir, antes que violar las leyes de nuestros padres, dice el mayor. A continuación es torturado y antes de dar el último suspiro le dice al rey, “Tú, malvado, nos privas de la vida presente, pero el Rey del universo nos resucitará a una vida eterna, ya que nosotros morimos por sus leyes”. Lo mismo sucede con el otro hermano que al morir también dice, “Yo he recibido estos miembros como un don del Cielo, pero ahora los desprecio por amor a sus leyes y espero recibirlos nuevamente de él”. Y así, hasta el cuarto hijo. Este último también repite la fórmula antes de morir: “Es preferible morir a manos de los hombres, con la esperanza puesta en Dios

Domingo 31, Tiempo Ordinario, Ciclo C

Primera Lectura Libro de la Sabiduría 11,22-26.12,1-2. El mundo entero para Dios es como un grano de polvo, como una gota de rocío de la mañana, comienzo diciendo la lectura de hoy. De inmediato pasa a considerar la consideración que Dios tiene por los seres humanos y por todo lo creado. “Tú te compadeces de todos, porque todo lo  puedes, y apartas los ojos de los pecados de los hombres para que ellos se conviertan”. De esta manera continúa el tema de los últimos domingos.  Salmo responsorial Salmo 145(144),1-2.8-9.10-11.13.14. El Señor es bueno con todos, cantamos con los versículos del salterio de hoy. El Señor es bueno con todos y tiene compasión de todas sus criaturas. Por eso alabamos a Dios. “El Señor sostiene a los que caen y endereza a los que están encorvados,” termina. Segunda Lectura Segunda Carta de San Pablo a los Tesalonicenses 1,11-12.2,1-2. En la selección de hoy Pablo comienza diciendo que siempre recuerda a los tesalonicenses en sus oracione

Tiempo Ordinario, Domingo 30, Ciclo C

Primera Lectura Libro de Eclesiástico 35,12-14.16-18. El Señor es juez y no hace distinción de personas. Es decir, no tiene consideración especial para los ricos y poderosos mientras es injusto con los pobres que no pueden reclamar la misma consideración. “El que rinde el culto que agrada al Señor es aceptado, y su plegaria llega hasta las nubes.” Mientras más repugnante, con más razón no hemos de tratar a la persona distinto a los demás. Mientras más simpática… Dios mismo no distingue.  En todo caso las prostitutas y los publicanos van a entrar primero que los fariseos al Reino de los cielos.  Salmo responsorial Salmo 34(33),2-3.17-18.19.23. El salmista proclama su alabanza a Dios en todo momento porque escucha las súplicas de los humildes. Los que se refugian en Dios no serán castigados. Segunda Lectura Segunda Carta de San Pablo a Timoteo 4,6-8.16-18. Al final de esta segunda carta Pablo se despide diciendo que se le acerca el final, el día de su martirio.

Domingo 29, Tiempo Ordinario, Ciclo C

Primera Lectura Libro del Exodo 17, 8-13. El pasaje de hoy corresponde al periodo de la conquista de Canaán, ya habiendo cruzado el Jordán y luego de andar errantes por el desierto. Los israelitas en este episodio han perdido la iniciativa y los habitantes de la región, los amalecitas, se les oponen. Como no son los tiempos del café instantáneo como hoy día, la acción marcha a ritmo lento. Moisés le da instrucciones a Josué, líder de los israelitas, para que salga a combatir al otro día, mientras él (Moisés) estará sobre “el monte” con el “bastón de Dios” en la mano. Al otro día la batalla favorece a los israelitas, siempre que Moisés sostuviera sus brazos en alto, porque cuando los dejaba caer, los amalecitas prevalecían. Entonces le traen una piedra para que pueda sentarse mientras Aaron y otro asistente le sostienen los brazos. De esa manera Josué logra la victoria. La mención del monte recuerda los montes que aparecen en otros lugares de la Biblia: el Hermón, el Tabor,

Domingo 28, Tiempo Ordinario, Ciclo C

Primera Lectura Segundo Libro de los Reyes 5,14-17. Naamán, general de las tropas sirias le pidió ayuda a Eliseo para curar su enfermedad, tenía lepra. En vez de tratarlo al estilo de la brujería el profeta le dijo que tenía que ir a bañarse al río Jordán. El sirio quizás pensó que se burlaba de él, pero después decidió bañarse en el río y se dio el milagro de la cura. Naamán se alegró en cantidad y volvió a donde estaba Eliseo (estamos hablando de un intervalo de días probablemente). Llegó alabando a Dios, "Ahora reconozco que no hay Dios en toda la tierra, a no ser en Israel. Acepta, te lo ruego, un presente de tu servidor". Eliseo entonces le acepta un pedazo de terreno y bienes equivalentes a la carga de dos mulas.  Esta primera lectura presenta el tema de hoy, el de un leproso agradecido alabando a Dios por haber sido curado. Naamán se curó porque tuve fe en las palabras del profeta como inspiradas por Dios mismo.   Naamán procuró ayuda del profeta E