Ir al contenido principal

Entradas

Domingo 19, Tiempo Ordinario, ciclo B

La primera lectura para este domingo está tomada del Libro 1° de los Reyes, capítulo 19,4-8. Narra cómo el profeta Elías, huyendo de la reina Jezabel que le decretó la muerte, se tira cansado bajo una retama, sin más fuerza para seguir. Según encontré la retama es un árbol que también encontramos en Puerto Rico, sobre todo en el sur, que resiste la sequía y ofrece algo de sombra.  Que en su huida Elías se haya detenido bajo la sombra de un árbol en medio de la soledad o desierto, recuerda la idea bíblica de “la sombra del Altísimo”. Es una imagen de la protección de Dios, “estar bajo el ala de Dios”.  Dios fue al frente del pueblo hebreo en forma de una nube que los protegía. Luego, en varias ocasiones, los que él protege, los cubre con una nube o sombra. Esa sombra es indicativa de la presencia de Dios, su asentarse momentáneamente entre nosotros.  “¡Basta, Señor! ¡Quítame la vida, que yo no valgo más que mis padres!,” dice Elías, exhausto, sin sentirse capaz de poder

Domingo 18, Tiempo Ordinario, ciclo B

La primera lectura para este domingo está tomada del Libro del Éxodo 16,2-4.12-15. Narra el episodio en que los israelitas protestan contra Moisés y Aarón al verse perdidos en el desierto. No necesariamente hemos de visualizar un escenario como el de las arenas del Sahara, o un horizonte árido y pedregoso como en la Palestina moderna. “Desierto” también significa “soledad”, “despoblado”. Podían estar perdidos en un páramo desconocido. Hoy sabemos que Palestina y el Sinaí antes estuvieron arropados de bosques, al igual que en España. En época de Roma tenemos testimonios oculares de aquellos bosques hispanos. En Jerusalén, para el templo de Salomón se usaron los famosos cedros del Líbano, que ya no existen.  De hecho, esto encierra una enseñanza sobre la historia del desastre ecológico que sufrimos hoy. A fuerza de talar bosques para la agricultura, para casas y edificios, para hacer fuego y cocinar, para alumbrarse, para barcos y muebles, fuimos eliminando la capa vegetativa

Domingo 17, Tiempo Ordinario Ciclo B

Fresco de una catacumba La primera lectura para este domingo está tomada del Libro 2° de los Reyes, capítulo 4, versículos 42-44. Llega uno y le trae veinte panes frescos al profeta Eliseo. El profeta entonces le dice que se lo reparta a la gente para que coman. Probablemente un pan era el equivalente de una libra de nuestro pan hoy día. Entonces, los 20 panes podrían ser suficientes para unas 30-40 personas.  El criado protesta. «¿Qué hago yo con esto para cien personas?» Eliseo pretendía ser desprendido con aquel regalo. El criado le recordó que no había suficiente pan para tanta gente. Pero Eliseo insiste, «Dáselos a la gente, que coman. Porque así dice el Señor: Comerán y sobrará.» Entonces sucede así. El pan se reparte y hasta sobra, como lo anunció el Señor por boca de Eliseo. Así, la primera lectura anuncia el tema del evangelio de hoy, la multiplicación de los panes que se reparten entre la multitud. El salmo responsorial canta los versículos del Salmo 144,10-11.

Domingo 16 del Tiempo Ordinario, Ciclo B

La primera lectura para este domingo está tomada del Libro de Jeremías 23,1-6. Al comienzo de este pasaje el profeta Jeremías se lamenta de los pastores que han permitido que las ovejas se dispersen. Es una imagen de Dios quejándose por la mala administración de los reyes y los sacerdotes que permitieron que el pueblo se desviara de sus tradiciones. La culpa de la infidelidad del pueblo la tienen los pastores.  Por tanto, la culpa del desastre nacional (la desaparición de Israel y de Judá) y de la dispersión del pueblo no es del pueblo. Es de los pastores que no fueron administradores. Por eso, dice ahora Dios, “Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas, de todos los países adonde las había expulsado, y las haré volver a sus praderas, donde serán fecundas y se multiplicarán”. Dios mismo volverá a ser el pastor de Israel. Traerá a todos los de la Dispersión a la Tierra Prometida otra vez. Dios mismo hará que aparezcan nuevos pastores que los llevarán por los caminos correctos