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Domingo 3° de Adviento, Ciclo A

Tradicionalmente, este domingo es todo uno de alegría. Por eso el celebrante viste de rosado, en vez del morado de Adviento. Esto en realidad es algo opcional, no estrictamente impuesto, en la medida que en algunas parroquias no hay dinero para comprar vestimentas litúrgicas para sólo usarlas en dos ocasiones al año. También se supone que ahora se ponen flores y adornos en el presbiterio, cosa que normalmente no va con el espíritu de la pequeña cuaresma de Adviento.  Hasta 1965 en las misas pontificales y cantadas en latín el canto antifonal de entrada comenzaba con las palabras del « Gaudéte » de San Pablo en Filipenses 4,4-6: Gaudéte in Domino  semper: íterum dico, gaudéte; Estén siempre alegres en el Señor: insisto, alégrense . La traducción del misal que uso (que me regalaron las Hermanas Carmelitas de Vedruna, de la Universidad Católica de Ponce, allá por 1962) pone, «Gozaos en el Señor…» En la primera lectura (Isaías 35,1-6.10) se anuncian los tiempos mesiánicos en

La Inmaculada Concepción

Desde tiempos antiguos se venera la Virgen como "la Inmaculada". Testimonio de esto es el ícono del siglo 11 que vemos arriba. Es una imagen de la Theótokos Panachranta , la "Madre de Dios Toda Inmaculada". Nótese cómo en la iconografía cristiana se expresa también una teología. La Madre Inmaculada se venera presentando a su Hijo, y como asociada a Jesús. Sin el Hijo, la veneración de la madre pierde su sentido. En época de la Reforma y la Contrarreforma la liturgia y la iconografía se pusieron también al servicio de las guerras de religión, lo que en Norteamérica llaman "las guerras culturales" entre los políticamente correctos y los que eso les trae sin cuidado. Los evangélicos-protestantes eliminaron las imágenes. Y entonces utilizaron la Biblia y las citas bíblicas como un martillo, un mazo, contra los católicos. Los católicos por su parte utilizaron las imágenes como su propio martillo para responder. Y también usaron la liturgia, elevando la h

Domingo 2° de Adviento, Ciclo A

En el evangelio de hoy aparece Juan Bautista anunciando que la llegada del Reino y el fin de los tiempos es cosa de «ya».  «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca,» dice. Y más adelante en el pasaje del evangelio de Mateo que escuchamos hoy: «El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles: el árbol que no produce buen fruto será cortado y arrojado al fuego». La semana pasada vimos el caso de la higuera que Jesús maldijo y se secó, junto a lo que podría ser la versión de Lucas, en que el hortelano le pide una oportunidad al señor del terreno, para ver si le da una oportunidad a la higuera para que produzca. En el evangelio de hoy vemos de qué frutos se trata, cuando Juan Bautista increpa a los saduceos y fariseos diciéndoles, «Produzcan el fruto de una sincera conversión». Por eso, dice Juan, «Yo los bautizo con agua para que se conviertan». Pero ya llega el que «los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego». —————————— Dios llega, nos dice. Conjet

Domingo primero de Adviento, Ciclo A

Si tomamos el ciclo del año litúrgico como un todo, vemos que el círculo abre (Adviento) donde mismo cierra (Cristo Rey), con el tema de la Segunda Venida.  En realidad eso es lo que vino a Jesús a anunciar desde un comienzo. Esa es la Buena Nueva: el Reino de Dios ya está con nosotros: "Convertíos porque ha llegado el Reino de los Cielos." (Mateo 3,2) La primera lectura para este domingo está tomada del libro del profeta Isaías 2,5 ss . En este pasaje el profeta anuncia los tiempos en que el reino de Israel será restaurado y Jerusalén llegará a ser la señora de las naciones.  Esto sucederá al fin de los tiempos. «La Casa del Señor,» nos dice, «será afianzada sobre la cumbre de las montañas.»  Desde tiempos remotos hubo la idea de que los dioses habitaban en lo alto de los montes. Los montes de Israel  Los griegos ubicaban a sus dioses en lo alto del monte Olimpo, por ejemplo.  A través de todo el Antiguo Testamento las divinidades habitaban en las mo