James Tissot, Jesús envía a sus discípulos ( Brooklyn Museum, Wikimedia Commons) La primera lectura de hoy es del libro del profeta Jeremías 20,10-13. «Hasta mis amigos más íntimos acechaban mi caída,» se lamenta. Parece que el pasaje de hoy corresponde a un momento de la vida del profeta en que se siente rodeado de enemigos que buscan su desgracia. Pero entonces se reafirma en su confianza en Dios que le protegerá y le rescatará: «el Señor está conmigo como un guerrero temible: por eso mis perseguidores tropezarán y no podrán prevalecer». Pero entonces Jeremías añade algo que no cuadra con nuestra sensibilidad cristiana. «Señor de los ejércitos, que examinas al justo, que ves las entrañas y el corazón, ¡que yo vea tu venganza sobre ellos!», dice. De todos modos al final canta su agradecimiento al Señor y exhorta a todos a unirse a él. «¡Canten al Señor, alaben al Señor, porque él libró la vida del indigente del poder de los malhechores!» Este canto de alabanza y agradecimiento
Carlos Ramos Mattei