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Domingo 13 del tiempo ordinario, Ciclo A

La primera lectura de hoy  es del Segundo Libro de los Reyes 4,8-11.14-16a. Narra la hospitalidad que practicó con el profeta Eliseo una mujer en la región de Sunam. Eliseo parece que tenía que pasar por allí en sus viajes. Recordemos que «viajar» en aquella época era ir a pie, por lo general. Esta mujer le reconoció como un hombre de Dios y decidió ofrecerle un cuarto de su casa para que pudiera alojarse. De hecho, el texto especifica que le pusieron una cama, una mesa, una silla y una lámpara. De esta manera esta lectura se asocia con el pasaje de la lectura del evangelio de hoy: el que recibe a un profeta por ser profeta tendrá su recompensa.  El salmo responsorial corresponde a unos versículos del salmo 89(88),2-3.16-17.18-19. Respondemos con este canto de alabanzas a Dios, por sus maravillas. Dios premia a los que caminan a la luz de su rostro. La segunda lectura de hoy continúa la lectura de la carta de San Pablo a los Romanos capítulo 6,3-4.8-11. El punto central del pasa

Domingo 12 del tiempo ordinario, Ciclo A

James Tissot, Jesús envía a sus discípulos ( Brooklyn Museum, Wikimedia Commons) La primera lectura de hoy  es del libro del profeta Jeremías 20,10-13. «Hasta mis amigos más íntimos acechaban mi caída,» se lamenta. Parece que el pasaje de hoy corresponde a un momento de la vida del profeta en que se siente rodeado de enemigos que buscan su desgracia. Pero entonces se reafirma en su confianza en Dios que le protegerá y le rescatará: «el Señor está conmigo como un guerrero temible: por eso mis perseguidores tropezarán y no podrán prevalecer».  Pero entonces Jeremías añade algo que no cuadra con nuestra sensibilidad cristiana. «Señor de los ejércitos, que examinas al justo, que ves las entrañas y el corazón, ¡que yo vea tu venganza sobre ellos!», dice. De todos modos al final canta su agradecimiento al Señor y exhorta a todos a unirse a él. «¡Canten al Señor, alaben al Señor, porque él libró la vida del indigente del poder de los malhechores!»  Este canto de alabanza y agradecimiento

Solemnidad del Corpus Christi, año 2020

El sentido de comunidad cristiana es algo que hemos estando buscando recuperar desde el Concilio Vaticano II, a mediados de siglo veinte. En mi caso personal nunca tuve tiempo para leer sobre el tema como sería apropiado y difícilmente podía captar esto hasta que llegué a leer a Dom Gregory Dix sobre el tema de la liturgia. Así, caí en cuenta en todo lo que significa la necesidad de tomar consciencia o hacerse cargo de lo fundamental que es el aspecto comunitario de la celebración eucarística. Ahora es que vi bien en qué consistió la necesidad de dejar el latín como lengua de culto y subrayar la participación del pueblo. Cuando Lutero montó su protesta e inició la Reforma protestante, los cristianos no encontraban la expresión más apropiada de su relación con Dios en el culto público, en la misa. Lo encontraban en sus devociones personales. Esto fue lo que se perpetuó en realidad a partir de ese momento, tanto en el catolicismo, como en las iglesias separadas. Ese es el pun

Domingo de la Santísima Trinidad, año 2020

Época colonial-México, siglo 18. Dios pinta la Virgen de Guadalupe En los siglos cuarto y quinto de nuestra era cristiana muchos se mataron a nombre de las definiciones de los concilios de Nicea y Calcedonia y otros concilios que trataron el tema de Jesús y la Santísima Trinidad.  Más adelante los visigodos que se establecieron en España y Francia eran arrianos, es decir, que no aceptaban a Calcedonia. Me llamó la atención leer que los Suevos de Galicia no aceptaron a los godos y su rito visigótico y se declararon "romanistas" o "romanos" en el sentido de adherirse al rito romano que para ellos fue representativo de la doctrina correcta, la ortodoxia.  La cosa cambió cuando el rey Recaredo se convirtió al catolicismo, a la ortodoxia romana, y con él todos los godos españoles acudieron a ser bautizados. Es que en las tradiciones germánicas de caudillismo, algo que heredamos en la mentalidad hispana. hay que seguir al caudillo ciegamente y sin cuestionar. 

Pentecostés año del Señor 2020

Invito a ver algunos de mis otros apuntes publicados en años anteriores, como los siguientes: 2011 2016 2018 2019 En los apuntes del 2016 están también los apuntes sobre las lecturas específicas para este domingo de Pentecostés, ciclo A.  Los que han sido lectores asiduos, ya no tengo mucho más que añadir. Agradezco su atención. Al presente trabajo en unos apuntes sobre la teología de la liturgia que compartiré, espero, en los próximos meses.  Oremos todos unos por los otros, como dice mi hermano diácono Manuel.

Domingo de la Ascensión, Ciclo A

Las primeras lecturas son las mismas para la celebración de esta solemnidad todos los años. La que cambia es la tercera lectura, el evangelio, que sigue al evangelista correspondiente a este ciclo. En el ciclo A leemos el evangelio de Mateo a través de los domingos del año. Por esta razón pongo a continuación el mismo resumen de las primeras lecturas según lo puse en este Blog en el 2016. La primera lectura corresponde a Hechos 1,1-11. En esos breves versículos se narra la subida de Jesús al cielo, la ascensión. Jesús pasa cuarenta días con sus discípulos y termina dando instrucciones a sus apóstoles antes de partir. Los apóstoles son los que él escogió “movido por el Espíritu”. Compartiendo con ellos en una cena les dice que no salgan de Jerusalén hasta que sean bautizados con el Espíritu. Los discípulos le rodean y le preguntan si ha llegado el momento de la restauración del reino de David, el reino de Israel. Jesús les contesta que eso sucederá cuando el Padre así lo dispon

6º Domingo de Pascua, Ciclo A

Image by Hans Braxmeier from Pixabay Primera lectura La primera lectura está tomada del libro de los Hechos de los Apóstoles 8,5-8.14-17. Narra cómo el apóstol Felipe fue por las rutas de Samaría predicando el evangelio. Recordemos que los samaritanos y los judíos no se hablaban. Era algo como la relación entre judíos y palestinos hoy día.  Como sucedió con la predicación original de Jesús, así también sucedió con Felipe, nos dice el pasaje de esta primera lectura. «…los espíritus impuros, dando grandes gritos, salían de muchos que estaban poseídos, y buen número de paralíticos y lisiados quedaron curados,» nos dice. Al ver los milagros que hacía Felipe, todos «recibían unánimemente» sus palabras. Quiere decir el autor, uno piensa, que aceptaron el evangelio y se convirtieron, igual que sucedió con los que vieron las señales que obró Jesús mismo. Nos dice el pasaje de esta lectura que en Jerusalén se enteraron y enviaron a Pedro y a Juan para ver qué sucedía. Probablem