La primera lectura de hoy está tomada del Primer Libro de los Reyes 19,9a.11-13a. El pasaje corresponde al momento en que Elías, huyendo de la ira de Jezabel, la reina consorte del rey de Israel, está refugiado en una cueva, quizás asunto de un hueco entre las rocas. Jezabel, la reina, dominaba del todo a Ajab, su esposo, el rey de Israel (el Reino del Norte). Siendo canaanita, promovió el culto a los baales y dio muerte a todos los profetas de Yahvé, excepto algunos, como Elías. Para demostrar el poder de Yahvé, Elías convocó a una especie de certamen con los sacerdotes de Baal. Vendrían todos a donde él, en el monte Carmelo y allí se prepararían dos sacrificios, uno para Baal y otro, para Yahvé. Invitó entonces a los sacerdotes de Baal a que invocasen fuego del cielo para encender su holocausto. No sucedió. Al atardecer Elías hasta echó agua sobre los pedazos de carne de su propio holocausto. Entonces llovió fuego del cielo y se encendió el sacrificio. Al demostrarse que el verd
Carlos Ramos Mattei