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1er Domingo de cuaresma, Ciclo A

  El tema de este domingo es el de las tentaciones de Jesús en el desierto.  La primera lectura de hoy presenta a Adán y Eva y su desobediencia al mandamiento de Dios (Génesis 2,7-9; 3,1-7). Este es el pecado original, el mismo de Lucifer: rebelarse contra lo que Dios dispone. Esto trae las consecuencias del castigo de Dios: la muerte, la debilidad humana frente a las tentaciones de Satanás. El diablo, envidioso de nosotros, se goza en hacernos caer y en alejarnos de Dios. De la misma manera que todos nos vemos tentados, Jesús también fue tentado. Pero Jesús no cayó en la tentación, sino que se mantuvo obediente a lo que Dios dispone, hasta la muerte.  En el triunfo de Jesús reconocemos que Dios siempre tuvo un plan de amor para nosotros, para rescatarnos de la muerte y el pecado.  Con el salmo responsorial reaccionamos a la primera lectura. Son versículos del salmo 50, expresando nuestro arrepentimiento por nuestros pecados. Entonces también expresamos nuestro sometimiento a la volun

Domingo 7° del Tiempo Ordinario, Ciclo A

  Jesús anuncia el mandamiento principal: amar a Dios y al prójimo Hoy vemos la continuación del evangelio del domingo pasado. Jesús no vino a anular la Ley, sino a anunciar su cumplimiento en el amor a Dios y el prójimo.  Invito a ver mis apuntes del 2020 . 

Domingo 6° del Tiempo Ordinario, Ciclo A

  En el evangelio de hoy Jesús aclara sus enseñanzas sobre la Ley y los mandamientos "No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento," dice Jesús en el evangelio de hoy (Mateo 5,17).  ¿Cómo es eso de dar cumplimiento a la Ley?  Jesús más adelante dice, "os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos".  Para mí que al decir "justicia" se refiere a la manera de cumplir los mandamientos de la Ley. ¿Cuál es la justicia de Dios? Es la ley del corazón anunciada por el bautismo del Espíritu. ¿De qué vale cumplir la letra de la Ley, si el corazón no busca con eso lo que le dicta el amor a Dios y al prójimo? Ese amor a Dios y al prójimo, ese es el criterio de la justicia de Dios. Así, Jesús dice, "yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal". De ahí Jesús saca las enseñanzas:

Domingo 5° del Tiempo Ordinario. Ciclo A

  Las lecturas de este domingo nos presentan la vocación del cristiano: ser luz del mundo Ya desde la primera lectura (Isaías 58, 7-10) se nos exhorta por boca del profeta: "Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, viste al que ves desnudo, y no te cierres a tu propia carne. Entonces romperá tu luz como la aurora". Más adelante, repite: "…cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía". Nótese que ya siglos antes de Jesús la fe judía reconocía (por boca de profetas como Isaías, entre otros) que la fe se vive. La fe es una vivencia, más que una doctrina. Puedes vivir obsesionado con el tema del aborto y eso no te hace un buen cristiano. Es lo que Jesús vino a confirmar, como lo veremos en los evangelios. Este tema lo encontramos de nuevo en el salmo interleccional  (salmo 111,4-5.6-7.8a.9 ) : "En las tinieblas brilla como una luz el que es justo

Domingo 4° del Tiempo Ordinario, Ciclo A

  En el evangelio de hoy Jesús predica las Bienaventuranzas. En la primera lectura de hoy (tomada del profeta Sofonías 2,3;3,12-13) se alaba al resto fiel de Israel, que vive con espíritu sencillo y transparente en fidelidad a Dios.  En este pasaje del profeta Sofonías encontramos la idea de los anowim , de los pobres que no son pobres por una falta moral (pereza, pocas ganas de trabajar; dominados por resentimiento contra los patronos). Los anowim  son pobres que viven en las privaciones a pesar de ser personas normales, decentes. Son los oprimidos por culpa de situaciones y personas que ellos no controlan, son víctimas de la maldad, el egoísmo, el miedo a perder lo que tienen de parte de los patronos y los más acomodados. (Ver las notas al calce de la Biblia de Jerusalén a este pasaje de la primera de lectura de hoy.) Los anowim  son los israelitas que aceptan como Job, lo q ue Dios manda. Son personas de alma sencilla. En el salmo responsorial alabamos a Dios que protege al huérfan

Domingo 3° del Tiempo Ordinario, Ciclo A

  El tema de hoy es el comienzo del ministerio de Jesús. "El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande," nos dice el profeta Isaías en la primera lectura. El evangelio repite esta proclamación, ahora referida a Jesús.  Al enterarse de que Juan fue arrestado los discípulos de Juan se dispersaron, como es natural. Jesús se retiró al territorio de la "Galilea de los gentiles", como la llama Isaías en la primera lectura, el territorio de Zabulón y Neftalí, que ya para tiempos de Isaías no era reconocido como territorio hebreo. Podemos conjeturar de todos modos que siempre quedaron israelitas allí hasta tiempos de Jesús.  "El pueblo que caminaba en tinieblas" entonces serían los israelitas, que ahora ven la profecía cumplida, la gran luz que les llega en la persona de Jesús que sale a reclutar sus primeros seguidores. Para nosotros eso también aplica a nosotros. La segunda de lectura de este domingo también nos habla en estos días en que celebramos el

Octavario por la unidad entre los cristianos

  La señal del Reino de Dios entre nosotros es el amor entre los cristianos. La señal de nuestra fe es el amor entre los hermanos. A Dios no lo vemos, pero al hermano sí lo vemos. Con los ojos de la fe encontramos a Dios en los hermanos. No basta con decir, «Mi verdad es la verdad verdadera». Obras son amores y no buenas razones. No basta con tener la verdad. Es más importante demostrar la verdad con las obras, con los gestos y los hechos concretos.  Fue un gran absurdo cuando los cristianos se persiguieron entre sí a nombre de su propia interpretación de la fe. Es que las interpretaciones son inevitables, como en el ejemplo siguiente. Uno le dice a un niño que dibuje la letra «A». Cada uno dibujará la misma letra, pero con su propio estilo. Algo parecido encontramos si le decimos al niño que dibuje un árbol. Cada niño dibujará un mismo árbol, aunque nunca de manera idéntica. Lo mismo sucede con nuestra experiencia de fe. Cada uno pasa por su propia experiencia, pero luego la expresa