En el evangelio de hoy Jesús cura a un sordomudo. Las curaciones de Jesús anuncian y confirman la llegada del Reino de Dios. Esto es lo que anuncia la primera lectura, Isaías 35,4-7: Dios en persona viene trayendo la salvación; entonces los ojos de los ciegos se despegarán y los oídos de los sordos se abrirán, entonces saltará el cojo como un ciervo y cantará la lengua del mudo. Podemos pensar que nosotros somos los ciegos y sordomudos. No sabemos ver a Dios entre nosotros, Dios con nosotros; no vemos. No sabemos escuchar a Dios, y por eso no podemos hablar y anunciar sus maravillas. Sin mérito nuestro, sin embargo, Dios viene a nuestro encuentro, a nuestro rescate. Es Jesús, Palabra del Padre. «La presentación (la figura, el esquema) de este mundo se termina (pasa, es efímero),» dice san Pablo en 1 Corintios 7,31. Es lo que anunció desde el principio Juan Bautista. Viene Dios y pondrá todo en orden y hará justicia, por lo que hay que prepararse. En la mentalida...
Carlos Ramos Mattei