Las vitaminas son necesarias para nuestros organismos, lo mismo que los minerales. Véase el caso del escorbuto por falta de vitamina C, la pelagra, por falta de vitamina B3 (niacina), el beriberi, por falta de vitamina B1 (tiamina), y así sucesivamente.
Pero tales enfermedades se dan entre personas mal alimentadas, mayormente los pobres. Con una alimentación normal, la naturaleza misma nos provee las vitaminas que requerimos. No hace falta recurrir a suplementos vitamínicos. Esto ha quedado confirmado en estudios de años recientes.
Los resultados de un número de estudios sobre los suplementos vitamínicos casi espantan, por encontrar una relación entre la ingestión de grandes dosis de vitaminas y el aumento en el riesgo de muerte.
Se puede ver el artículo completo sobre este tema en http://well.blogs.nytimes.com/2008/11/20/news-keeps-getting-worse-for-vitamins/?em.
En días recientes investigadores científicos informaron de los resultados decepcionantes de un gran ensayo clínico de casi 1,5000 médicos de sexo masculino que tomaron vitaminas E y C durante una década.
El estudio no mostró efecto significativo alguno sobre las tasas de cáncer.
Otro estudio reciente no encontró que hubiese beneficio alguno de las vitaminas C y E para las enfermedades del corazón. Tampoco se ha podido demostrar el beneficio para memoria de la planta gingko (a la izquierda, una foto de esta planta).
En octubre, una importante investigación sobre la posibilidad de que la vitamina E y el selenio podrían reducir el riesgo de cáncer de próstata fue cancelada en medio de preocupaciones de que los tratamientos pueden hacer más daño que bien.
Y recientemente, los médicos en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center en Nueva York, advirtió que vitamina C parece proteger no sólo a las células sanas, pero las células cancerosas, también.
En los últimos años han surgido serias dudas en torno a la noción de que megadosis de vitaminas son buenas para el organismo.
Un estudio de la Escuela de Medicina de Johns Hopkins sobre 19 ensayos clínicos de la vitamina E con más de 135,000 personas con altas dosis de vitamina E (más de 400 IU) demostró que el riesgo de morir aumentó en un 4 por ciento en los que participaron en el estudio. En otro grupo que tomó la vitamina E en combinación con otras vitaminas y minerales el riesgo de muerte aumentó a un 6 por ciento. En otro estudio de un grupo que tomaba a diario la vitamina E esas personas mostraron un 13 por ciento mayor riesgo de insuficiencia cardíaca. Todos los estudios se hicieron con grupos de control que tomaron un “placebo”, una píldora sin medicamento alguno.
Un estudio de 1994 en Finlandia hecho entre fumadores que tomaban 20 miligramos al día de beta caroteno mostró un 18 por ciento mayor de incidencia de cáncer de pulmón entre los usuarios de beta caroteno. En 1996 la combinación de beta caroteno y vitamina A entre fumadores y trabajadores expuestos a asbesto tuvo que ser suspendido cuando los usuarios mostraron un 28 por ciento de mayor riesgo para el cáncer de pulmón y un 26 por ciento mayor riesgo de morir por enfermedades del corazón.
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