Uno se pregunta, ¿Qué de malo tiene ser “rico de espíritu”? Esto es, qué de malo es tener riqueza de espíritu. Una cosa es ser rico en términos de las riquezas materiales, del dinero, por ejemplo. Pero otra cosa es ser rico en bienes espirituales. Una persona rica en bienes espirituales puede ser el que tiene una gran fortaleza de espíritu, que tiene una gran personalidad o que tiene un gran carácter. Puede ser también el magnánimo, el valiente, lo mismo que el prudente y acertado en sus decisiones. ¿Habría que condenar a la persona “rica en espíritu”? La contestación parece obvia, pero también parece que a través de la historia esta distinción ha dado pie a una confusión. Eso a su vez ha llevado a la práctica de un cristianismo pervertido, tanto como a unas ideas equivocadas. Veamos esto con más detalle. Uno puede ser rico (con dinero) y ser pobre (desapegado en el sentido cristiano). La contestación parece obvia: es decir, lo que Jesús dijo se refiere más bien a los que s...
Carlos Ramos Mattei