La primera lectura de hoy es del Segundo Libro de los Reyes 4,8-11.14-16a. Narra la hospitalidad que practicó con el profeta Eliseo una mujer en la región de Sunam. Eliseo parece que tenía que pasar por allí en sus viajes. Recordemos que «viajar» en aquella época era ir a pie, por lo general. Esta mujer le reconoció como un hombre de Dios y decidió ofrecerle un cuarto de su casa para que pudiera alojarse. De hecho, el texto especifica que le pusieron una cama, una mesa, una silla y una lámpara. De esta manera esta lectura se asocia con el pasaje de la lectura del evangelio de hoy: el que recibe a un profeta por ser profeta tendrá su recompensa. El salmo responsorial corresponde a unos versículos del salmo 89(88),2-3.16-17.18-19. Respondemos con este canto de alabanzas a Dios, por sus maravillas. Dios premia a los que caminan a la luz de su rostro. La segunda lectura de hoy continúa la lectura de la carta de San Pablo a los Romanos capítulo 6,3-4.8-11. El punto central del pasa
Carlos Ramos Mattei