En el evangelio de hoy vemos el episodio del óbolo de la viuda En la primera lectura encontramos una viuda y en el evangelio encontramos otra viuda. Ambas son mujeres generosas. Todavía en muchos países las mujeres dependen de sus maridos para su sustento. Quedarse viuda y con hijos puede ser una tragedia. De ahí la referencia constante desde los primeros cristianos de atender a las viudas y a los huérfanos. En ambos casos, en la primera lectura (1 Reyes 17,8-16) y en el evangelio (Marcos 12,38-44) vemos a dos mujeres viudas que, a pesar de su condición de pobreza, son gente humana de buen corazón. Así es como deben ser los cristianos. En la primera lectura vemos la viuda de Sarepta que socorre al profeta Elías a pesar de ella estar para que la socorrieran. En el evangelio encontramos una viuda que echa dos monedas insignificantes en la colecta del templo. Eran monedas sin valor para los demás, pero que para ella valían mucho, en medio de su desamparo. Pertenecer al Reino de Dios
En el evangelio de hoy vemos lo fundamental para un cristiano: Dios y el prójimo En la primera lectura tomada del Deuteronomio vemos lo fundamental para un judío (y para todo ser humano): «Escucha, Israel: El… Señor es uno solo. Amarás, pues, al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Estas palabras que yo te mando hoy estarán en tu corazón». En el evangelio de hoy un escriba viene y le pregunta a Jesús cuál es el mandamiento mayor. Jesús le repite las palabras de la primera lectura de hoy: el mandamiento mayor es amar a Dios. Pero además hay un segundo mandamiento, añade Jesús. A lo fundamental que es el amor a Dios, Jesús añade el amor a los demás, citando Levítico 19,18: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Los escribas eran reconocidos por ser muy entendidos en las Escrituras y por eso se les consideraba autoridades y se les consultaba sobre asuntos de la fe, de la misma manera que hoy día los fieles consultan a los párrocos y a los clér