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Mostrando las entradas con la etiqueta reino de Dios

Domingo 5° de Cuaresma, Ciclo B

  Unos griegos piden ver a Jesús En el evangelio de hoy unos "griegos" (probablemente unos "helenistas", o judíos helenizados de la Diáspora) piden ver a Jesús. Pero entonces Jesús no se dirige a ellos, sino que dice, "Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado". Quién sabe (conjeturamos que) su espíritu está conturbado ante su inminente pasión y muerte. Más adelante dice, "Padre, glorifica tu nombre". Entonces se oyó una voz del cielo, nos dice el evangelio, "Ya lo he glorificado y lo volveré a glorificar". La multitud que estaba presente y oyó estas palabras, pensaba que era un trueno. Otros decían: "Le ha hablado un ángel". Podemos pensar que Jesús en cuanto humano tenía que sentir angustia y miedo ante lo que sabía que se le venía encima a causa de la hostilidad de sus enemigos, lo que lo llevaría al sufrimiento y la muerte. ¿Cómo se vería esto? ¿No se vería como un fracaso? ¿Se vería como un desac

Domingo 6° del Tiempo Ordinario, Ciclo B

  En el evangelio de hoy Jesús cura un leproso. Recordemos lo que hemos estado viendo en los evangelios de los domingos recientes. Jesús inaugura su labor misionera, su predicación. Recluta los discípulos y va por las aldeas de Galilea curando enfermos y expulsando demonios.  Las enfermedades no nos las buscamos nosotros, sino que es algo que está ahí, a nuestro alrededor, algo así como las bacterias que causan las enfermedades. Nos enfermamos como en un accidente que no nos buscamos. Lo mismo podría decirse de la lepra, y de la posesión del demonio. Es lo que puede pensar alguien que ha caído en las garras de la adicción, que es como encontrarse endemoniado de un momento a otro.  Un día entre los días abres los ojos y descubres que sin darte cuenta has caído en las drogas, o estás enfermo, o has cometido algún crimen sin que te dieras cuenta y ahora te das cuenta. Lo mismo se puede decir de los defectos con que nacimos, como nacer bizco, así. En algunas sociedades tener alucinaciones

Domingo 3° del Tiempo Ordinario, Ciclo B

  Las lecturas de este domingo presentan la salida de Jesús a anunciar, igual que el Bautista, el llamado a la conversión de corazón. En el evangelio también vemos cómo los primeros discípulos dejan todo para seguir a Jesús en esta misión de predicar la conversión de vida.  Invito a ver mis apuntes correspondientes a este domingo, del año 2021 (oprimir).  Esta vez sólo comento lo siguiente. Como han indicado algunos estudiosos, Jesús no salió a bautizar con agua, como lo hizo antes el Bautista. Salió a predicar la conversión, sí, como un preludio a la llegada del Reino que ya está entre nosotros. El Reino ya está presente al momento del encuentro con Jesús concretizado en la comunidad cristiana y también expresado en la conversión de vida. Jesús no predica un compendio de verdades abstractas, sino que su predicación es él mismo.  Luego los seguidores de Jesús tendrán una gran tentación, que es la del fariseísmo. Es lo que vemos en estos días entre los cardenales, obispos y clérigos qu

Epifanía del Señor, Año 2024 -- ciclo B

Hoy celebramos la revelación (epifanía) de Dios en Jesús, Dios encarnado.  Como han indicado otros: el amor de Dios a su creación se demuestra en el haber querido asumir nuestra naturaleza humana, el haber querido venir a compartir con nosotros, a convivir con nosotros. Si nuestra condición humana fuese condenable, Jesús hubiese venido a condenar. Pero no vino a condenar, sino a revelarnos las bondades de estar vivos, en esta vida con sus luces y sombras.   La primera lectura de hoy es del profeta Isaías 60,1-6. «¡Levántate y resplandece, Jerusalén, porque llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti!», nos dice, «Caminarán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu aurora». La visión del profeta Isaías habla de los tiempos en que Jerusalén será la sede de un imperio de paz y armonía entre las naciones y entre los humanos. Los judíos de la Dispersión volverán y a Jerusalén llegará la riqueza de los pueblos. Llegarán reyes a rendir tributo trayendo oro e incienso y procl

Judíos, cristianos y palestinos en Navidad

  (Imagen de Annette Jones, www.pixabay.com) Que uno sea feliz a costa del sufrimiento de otro es algo que no tiene sentido. Es lo que podemos decir de israelitas y palestinos. La felicidad de los israelitas no puede darse al precio del horror de la guerra contra los palestinos. Ni tampoco la felicidad de los palestinos puede ser el resultado del terrorismo contra los israelitas. Así no puede ser. Alguien podría decir que la violencia israelita está justificada en la Biblia. La historia que se narra en la Biblia es una de extrema violencia, como las guerras contra los filisteos en lo que hoy día es Gaza, junto a las demás acciones bélicas contra los demás habitantes cananeos de la región. Sólo un pueblo podía ser «el pueblo escogido» y los demás pueblos no merecían respeto. Entonces los israelitas fueron conquistados por los asirios y los babilonios, que los dispersaron al exilio. Entonces por boca de los profetas entendieron mejor el asunto. Igual que el alfarero descarta una masa de

Domingo 2° de Adviento, Ciclo B

  «Consolad, consolad a mi pueblo,» comienza la primera lectura, tomada del libro de Isaías, capítulo 40. Dios anuncia por boca del profeta la vuelta del Destierro en Babilonia y la restauración del reino de Israel–Judá.  ¿Será que en el siglo 20 se comenzó a cumplir esta profecía con la creación del estado de Israel? ¿Estaremos en los últimos tiempos como piensan algunos fundamentalistas cristianos? Pero al continuar la lectura nos damos cuenta de que no se trata de una mera descripción histórica, sino que es una descripción llena de imágenes: «…que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor…» Nos damos cuenta de que se trata de la evocación y anticipación de lo que será un paraíso restaurado sobre la tierra. De ahí que luego hablemos de los tiempos mesiánicos al hablar de lo que describe el profeta. En un futuro llegará el Mesías para inaugurar el reino de Dios en esta tierra como la res

Domingo 34 del Tiempo Ordinario, Ciclo A -- Solemnidad de Cristo Rey

  El evangelio de hoy nos presenta el Juicio Final cuando Jesús vuelva en majestad La primera lectura de hoy está tomada del profeta Ezequiel 34,11-12.15-17. Nos presenta la imagen de Yahvé como el pastor que cuida del rebaño, el pueblo de Israel.  «Yo mismo buscaré mi rebaño y lo cuidaré. Como cuida un pastor de su grey dispersa, así cuidaré yo de mi rebaño,» dice. Es la misma imagen de Jesús como Buen Pastor. «Yo mismo apacentaré mis ovejas…Buscaré a la oveja perdida, recogeré a la descarriada…vendaré a las heridas…» Y termina: «Yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío».  De esa manera la primera lectura anuncia el tema de este domingo: Jesús vino a buscar las ovejas perdidas para traerlas a su rebaño. Pero para que la oveja pueda entrar al Reino (el Reino es el rebaño) se necesita que también tenga las cualidades necesarias, que cumpla con el requisito de ciertas cualidades. Al Reino no pueden entrar los avaros, ni los egoístas (Mateo 6,23ss), es decir, los

Domingo 33 del Tiempo Ordinario, Ciclo A

  En el evangelio de hoy Jesús presenta la parábola de los talentos. La primera lectura , de Proverbios 31,10-13.19-20.30-31, presenta la figura de la mujer fuerte que es el ancla de su hogar y orgullo de su marido.  El salmo responsorial (salmo 127,1-2.3.4-5) responde a la primera lectura subrayando lo que distingue a un buen hijo de Dios, el respeto. «Dichoso el que teme al Señor,» cantamos.  Por «temor» queremos decir «respeto» a Dios. El verdadero respeto no deriva del miedo, sino del reconocimiento de Dios como Padre y  Señor nuestro. Obedecemos a Dios y vivimos según sus mandatos porque es lo adecuado. En el temor (respeto) de Dios el hombre y la mujer actúan reconociendo el modo justo, correcto, de actuar, que es lo que Dios nos pide. En la Biblia el «justo» es el que «teme» a Dios.  Entonces cantamos a la imagen de la familia: «Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa». Es la imagen de los que viven conscientes

Domingo 28 del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Hoy Jesús cuenta la parábola del rey que ofreció un banquete de bodas.  El Reino de los cielos es como un banquete al que todos los pueblos quedan invitados.  En la parábola Jesús dice que el rey organizó la boda y mandó las invitaciones a los invitados. En aquella sociedad los invitados serían los súbditos del rey, el pueblo, invitado a celebrar la boda (la llegada del Reino). Pero los invitados —el pueblo— no hicieron caso y demostraron que no estaban interesados en venir al banquete. El rey montó en cólera y mandó a sus tropas para que atacaran a los convidados y le prendieran fuego a su ciudad.  Los que escuchaban a Jesús entendieron: Yahvé invitó al pueblo hebreo al reino de la justicia y el amor al prójimo y el pueblo no le fue fiel. Por eso envió a los asirios y los babilonios para que fueran su instrumento de castigo contra los israelitas y destruyeran a Jerusalén y sacaran a los hebreos, despojándolos de aquella tierra.  Entonces —prosigue la parábola— el rey envió a sus criad

Domingo 21 del Tiempo Ordinario, Ciclo A

  El tema del domingo de hoy es la primacía de Pedro. Cuando se estableció el reino de David y Salomón y sus descendientes se estableció la función del mayordomo de palacio, el "amo de llaves". Era el que portaba el llavero real y a ese funcionario nos refiere la primera lectura de hoy. En el evangelio Jesús encomienda esa función a Pedro, ser el mayordomo de palacio en el Reino de los cielos. Tendrá la potestad de guardar las entradas y salidas al Reino. Esto, por haber Pedro tenido la iniciativa de reconocerlo como el Mesías, el Hijo de Dios vivo.  Hemos de reflexionar hoy sobre (1) qué significaría "Reino de Dios" o reino de los cielos, en boca de Jesús y que es algo que es parte fundamental en la predicación original de los evangelios; (2) qué significaría la primacía de Pedro en términos de ser el mayordomo real; (3) cómo es que Jesús exhorta a los discípulos que mantengan en secreto su identidad como Mesías, el Enviado de Dios. Son puntos que no son fáciles de

Domingo 17 del Tiempo Ordinario Ciclo A

  El evangelio de hoy presenta imágenes del Reino de los cielos como en la parábola del que encontró un tesoro en el campo. En la primera lectura  (1 Reyes 3,5.7-12) Dios le concede sabiduría a Salomón. Es la misma sabiduría que necesitamos nosotros para reconocer a Dios con nosotros. Con el salmo responsorial  (salmo 119) cantamos versos expresando nuestra adhesión a la revelación de Dios en su Ley: "Más estimo yo la ley de tu boca que miles de monedas de oro y plata". Este es el tesoro escondido que veremos en el evangelio de hoy. Recordemos a Jesús cuando dijo, "No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento" (Mateo 5,17). En la segunda lectura continuamos la lectura de los pasados domingos, de la carta de San Pablo a los romanos (8,28-30). Dios nos ha llamado conforme a su plan (su designio), nos dice san Pablo, para que fuéramos glorificados junto a él. Este es el tesoro que descubrimos guiados por la ac

Domingo 16 del Tiempo Ordinario Ciclo A

  En el evangelio de hoy continúa la parábola del sembrador La primera lectura está tomada del libro de la Sabiduría. "Diste a tus hijos una buena esperanza, pues concedes el arrepentimiento a los pecadores," nos dice. Dios creó el universo como lo creó y todos tienen que responder ante él. Habrá quien no reconozca tan siquiera que ha pecado, pero el mismo Dios anima su espíritu para que lo vea, vea su pecado. Entonces, Dios también pone una buena esperanza y de esa misma manera anima al cambio de vida, cuando la persona entiende y ve a Dios en su vida. Jesús redondeará esta idea en la parábola que leemos hoy en el evangelio. La segunda lectura está tomada de San Pablo, Romanos 8,26-27 (continuación de esta lectura continua en estos domingos). "El Espíritu acude en ayuda de nuestra debilidad, pues nosotros no sabemos pedir como conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables," dice. Dios mismo --su Espíritu-- acude para ayudarnos, par

Domingo 14 del Tiempo Ordinario, Ciclo A

  En el evangelio de hoy Jesús continúa el discurso de envío misionero La primera lectura es del profeta Zacarías 9,9-10. «¡Salta de gozo, Sion; alégrate, Jerusalén! Mira que viene tu rey, justo y triunfador, humilde y montado en un borrico, en un pollino de asna.», nos dice. Y luego termina el pasaje, «Su dominio irá de mar a mar, desde el Río hasta los extremos del país». El profeta anuncia la llegada del rey de Israel, «justo y triunfador», es decir, «hombre de bien, bendecido de Dios, que ahora llega a traer el reino de la paz, del orden, de la justicia», como sugieren las notas al calce de la Biblia de Jerusalén. El reino de Israel se extenderá «de mar a mar», es decir, del Mar Muerto al mar Mediterráneo y del río Éufrates hasta el sur de Jerusalén (¿el Sinaí?). Siendo el bendecido de Dios, también gozará de la protección de Dios en sus gestiones. El profeta indica, «humilde, y montado en un borrico». Apunta a que el rey que llega no será jactancioso, ni pedante, ni altanero, sin