En estos días se ha estado dando en el Vaticano el Sínodo sobre la sinodalidad. Ha sido curioso darse con las objeciones de algunos tradicionalistas respecto a esta actividad. Es algo así como la falta de comprensión que tuvieron los fariseos respecto a Jesús. El evangelio de hoy es en cierto modo una continuación del evangelio del domingo pasado. El domingo pasado llegaron a presentarle una pregunta capciosa a Jesús sobre el tributo al César. Este domingo, en la continuación de la lectura del evangelio de Mateo, Jesús reafirma lo que es esencial para Dios y que ya está en las Escrituras: el amor a Dios y al prójimo. Amar al prójimo es intentar amarlo como Dios mismo lo ama; como Dios nos ama a cada uno de nosotros. Dios nos ama con nuestras faltas y virtudes. Porque Dios nos comprende, nos ama. Nosotros, sin comprender a veces, estamos llamados a amar ciegamente, aun cuando es posible que el prójimo sea un canalla o un inmoral decadente. Esto es lo que no comprenden los fariseos,
Carlos Ramos Mattei