Como apuntado en otros momentos en este blog, San Jerónimo tradujo la Biblia al latín en el siglo 4º después de Cristo. Los evangelios fueron escritos originalmente en griego y Jesús y sus discípulos hablaban en arameo. La traducción de San Jerónimo prevaleció por siglos y nadie la cuestionó. Claro, nadie sabía griego. En el siglo 15 ya muchos estudiosos conocían el griego y Erasmo de Róterdam publicó una traducción en griego del Nuevo Testamento. Fue por entonces que nos percatamos de que San Jerónimo tradujo "penitencia" donde el griego original tenía "conversión". Esto quiere decir que cuando Juan Bautista predicó, invitó a la conversión de vida, no a la "penitencia" en el sentido medieval. Los medievales tenían unas ideas particulares sobre el proceso de arrepentimiento que ellos heredaron de sus antepasados paganos germánicos. La forma más remota, más antigua, de pagar por los pecados era enfrentándose a la furia vengadora de los ofendidos. En el...