En el evangelio de hoy Jesús presenta la parábola de los talentos. La primera lectura , de Proverbios 31,10-13.19-20.30-31, presenta la figura de la mujer fuerte que es el ancla de su hogar y orgullo de su marido. El salmo responsorial (salmo 127,1-2.3.4-5) responde a la primera lectura subrayando lo que distingue a un buen hijo de Dios, el respeto. «Dichoso el que teme al Señor,» cantamos. Por «temor» queremos decir «respeto» a Dios. El verdadero respeto no deriva del miedo, sino del reconocimiento de Dios como Padre y Señor nuestro. Obedecemos a Dios y vivimos según sus mandatos porque es lo adecuado. En el temor (respeto) de Dios el hombre y la mujer actúan reconociendo el modo justo, correcto, de actuar, que es lo que Dios nos pide. En la Biblia el «justo» es el que «teme» a Dios. Entonces cantamos a la imagen de la familia: «Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa». Es la imagen de los que viven conscientes
Carlos Ramos Mattei