El tercer domingo de Adviento es tradicionalmente un domingo de alegría, como se puede ver en las lecturas del Antiguo Testamento, lo mismo que el pasaje escogido de San Pablo. Para este domingo 3° de Adviento hay un pasaje en el evangelio que me ha llamado la atención: "El pueblo estaba en expectación y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: "-Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará con Espíritu Santo y fuego: tiene en la mano la horca para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga. "Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba la Buena Noticia." Por lo general lo que llama la atención es la humildad de Juan: "No merezco desatarle la correa de sus sandalias". Juan es el que anuncia; él no se hace pasar por el Mesías, ni tampoco dirige la atenci...
Carlos Ramos Mattei