En estos días de Cuaresma y Semana Santa salta a la vista la devoción de los católicos que se expresa ante diversas imágenes que evocan la Pasión y muerte de Jesús. En particular —a la vista de los hermanos separados, como los evangélicos— llama la atención la práctica de la devoción ante figuras como la Dolorosa y las escenas del Vía Crucis. Para los que toman la Biblia al pie de la letra, eso es idolatría. En estos párrafos invito a detenernos sobre este tema. Al conversar con alguien sobre temas como este de la idolatría a veces no esperamos a que el otro termine de hablar para interrumpirlo y tratar de argumentar como si los argumentos fueran palos para darle por la cabeza al otro. Entonces el otro responde y uno no escucha. Uno sigue pensando qué es lo próximo que uno va a decirle; otra vez, como si los argumentos fuesen pistoletazos en una contienda. Veamos esto sin ánimo apasionado. Pongamos entre paréntesis nuestras convicciones personales para examinar el asunto con un e
Carlos Ramos Mattei