El domingo pasado Jesús se nos presentó como el Buen Pastor. Este domingo Jesús dice, "Yo soy el camino al Padre". En la primera lectura los primeros cristianos en Jerusalén (antes del año 70 cuando los romanos destruyeron el templo) ven la necesidad de nombrar diáconos ("servidores") como un ministerio específico dentro de su comunidad. Estarían encargados de atender las mesas y socorrer a los huérfanos y a las viudas y a los necesitados, administrando el pote común. En el salmo responsorial aclamamos a Dios y su misericordia para con nosotros. En la segunda lectura san Pedro nos recuerda que todos conformamos el cuerpo místico de Cristo como piedras vivas del templo santo de Dios. Todos participamos en el sacerdocio santo de Cristo en virtud de nuestro bautismo. En aquellos primeros tiempos los recién bautizados asistían al culto con la túnica blanca bautismal. Es la misma que hoy sigue usando el celebrante de la misa, el alba. Dice el apóstol, "Vosotr
Carlos Ramos Mattei