Con los párrafos que siguen no pretendo decir algo nuevo, distinto. No son ideas mías. Son planteamientos que he escuchado y leído durante años y que en este momento presento a modo de recordatorio, nada más. Muchas parroquias proponen en estos días las devociones tradicionales de cuaresma: el viacrucis, el sacramento de la confesión y la revisión de vida, un día de retiro para los feligreses, así. Igual, proponen los «jueves eucarísticos» con la adoración del Santísimo y para Semana Santa las procesiones de Jueves Santo y Viernes Santo. Al momento tal parece que la vida parroquial se define mayormente por las devociones y las organizaciones devocionales. Promover la vida devocional de la parroquia está más que bien, no faltaba más. Pero hemos de atender también a la vida pastoral o la actividad misionera con los alejados de la fe, además de esa dimensión devocional. Y tengamos claro que la eucaristía —la misa, propiamente hablando— no es una actividad exclusivamente devocional, bien
Carlos Ramos Mattei