El día primero del año celebramos a María, Madre de Dios, o la Maternidad de la Virgen María. Durante la Navidad miramos los diversos elementos que componen el misterio del nacimiento del Niño Jesús. Uno de esos componentes es María como Madre de Jesús, Dios y hombre verdadero. Por eso es que reconocemos a María como Madre de Dios. Esa misma consideración va implícita, como es natural, en las lecturas y los temas del domingo segundo dentro del ciclo de Navidad. Con la lectura del comienzo del evangelio de San Juan en este domingo se pone énfasis sobre la presencia de Dios que llega a nosotros en la persona de Cristo. Dios se hizo hombre como si fuera cualquiera de nosotros. Nació como un bebé más. Lo importante aquí no es el dogma de la encarnación. La liturgia no nos invita a contemplar una definición. Nos invita a contemplar el misterio: Dios con nosotros. Por eso no es necesario referirnos a la teología, sino a la experiencia de fe. La teología nos pued...
Carlos Ramos Mattei