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Mostrando las entradas con la etiqueta fariseos

Domingo 22 del Tiempo Ordinario, Ciclo C

   La lectura del evangelio de hoy nos invita a ser humildes. La primera lectura de hoy está tomada del libro de Sirac (Eclesiástico) y alaba la humildad. «Cuanto más grande seas, más debes humillarte, y así alcanzarás el favor del Señor», nos dice. Más adelante: «La desgracia del orgulloso no tiene remedio, pues la planta del mal ha echado en él sus raíces».  El salmo responsorial (salmo 67) alaba a Dios, que preparó una casa para los pobres: «Dios prepara casa a los desvalidos, libera a los cautivos y los enriquece». Cuando somos unos desamparados que Dios rescata y nos lleva a su casa, no tiene sentido ser orgullosos, sino agradecidos.  La segunda lectura continúa con la carta a los Hebreos que venimos viendo desde hace varios domingos. Los cristianos no hemos tenido que sentirnos sobrecogidos con el fuego y el estruendo de la presencia de Dios en el monte Sinaí (como los israelitas cuando Moisés subió al monte para recibir la Ley), sino que Dios se nos ha mostrad...

Domingo 18 del Tiempo Ordinario, Ciclo C

  En el evangelio de hoy Jesús nos recuerda la vanidad de las riquezas En los domingos anteriores Jesús le dijo a Marta que una sola cosa es necesaria en esta vida y María había escogido la mejor parte. Tradicionalmente esto se ha interpretado en el sentido de la vida de oración contemplativa, al menos en los últimos quinientos años. El episodio del evangelio de hoy parece confirmar esto. Pero no hemos de concebir el ideal de la vida cristiana como la de un llegar a ser ángeles. Tampoco tenemos que engreírnos como los fariseos pensándonos mejores que los demás. La primera lectura de hoy está tomada del primer capítulo del Eclesiastés (Qohéleth). Comienza diciendo que todo es vanidad, ese afanarse por la sabiduría y la ciencia, tanto como afanarse por comer y beber, porque todo termina al final con la muerte. Para qué afanarse por los bienes y riquezas de este mundo, si al final todo desaparece, todo se pierde.  Con el salmo responsorial (salmo 89) respondemos a la primera lect...

Domingo 16 del Tiempo Ordinario, Ciclo C

  En las lecturas de hoy encontramos el tema de la hospitalidad La primera lectura de hoy (Génesis 18,1-10) narra cuando tres visitantes son acogidos por Abrahán y le anuncian que en el plazo de un año su esposa tendrá un hijo. En la tradición se han interpretado los tres visitantes como un símbolo de la Santísima Trinidad. Como quiera que fuere, el caso es que Abrahán ve tres hombres y los invita a pasar, a entrar a su tienda y compartir con él. Ve en ellos la presencia de Dios y así es como los cristianos debemos ver a los extraños que necesitan de nuestra ayuda. «Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo», dirá Jesús en el Juicio Final, «porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme.» (Mateo 25,34-36) Ese mendigo drogadicto que pide en la esquina del semáfor...

Solemnidad de san Pedro y san Pablo

  Catacumbas, siglo 4° Hoy celebramos estos dos pilares del cristianismo en su primer momento, en sus orígenes, en el tiempo inmediatamente posterior a la predicación, muerte y resurrección de Jesús. La primera lectura de hoy está tomada del libro de los Hechos de los apóstoles 3,1-10. Narra la curación de un lisiado, en los primeros años después de la resurrección de Jesús. En aquellos primeros años los discípulos y apóstoles permanecieron en Jerusalén; «Acudían al Templo todos los días con perseverancia y con un mismo espíritu, partían el pan por las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón» (Hechos 2.46). Pedro y Juan ven a un lisiado de nacimiento a la entrada del templo. Pedro se detiene y le dice, «No tengo dinero, pero en nombre de Jesucristo Nazareno, levántate y anda». Y enseguida el lisiado se levantó y entró al templo brincando y alabando a Dios. Fue un ejemplo del gran poder de Dios al invocar el nombre santo de Jesús. Es lo que ya se vio antes e...

Leyes religiosas

  Los que quieren imponer leyes a nombre de la religión y promueven legislar la moral religiosa para imponerla a todos los ciudadanos recuerdan a los fariseos de tiempos de Jesús.  En abstracto las cosas pueden verse en blanco y negro. Pero en concreto las cosas no se ven tan claras. La realidad es gris. «¿Porqué tus discípulos comen con las manos sucias?», le preguntaban los fariseos a Jesús (Mateo 15,2). El comentario fue ocasionado por una ocasión particular. De seguro que los discípulos se lavaban las manos por uso y costumbre. Pero en un momento dado estaban comiendo sin lavarse las manos, en violación de la ley de los fariseos. A los fariseos no les importaba la situación que justificaba la excepción a la regla. Hay ocasiones en que se justifica comer con las manos sucias. Hay ocasiones en que se justifica matar a una persona, qué remedio.  Hay ocasiones en que se justifica violar la ley, qué remedio.  Súmmum ius, summa iniustitia , dijo Cicerón. Si se aplica l...

Domingo 3 de cuaresma, ciclo C

  En el evangelio de hoy vemos la parábola de la higuera que el dueño quería cortar En el evangelio de hoy (Lucas 13,1-9) encontramos dos episodios puestos en secuencia por Lucas. Podemos asumir que ambos episodios están relacionados. En el primer episodio le vienen a contar a Jesús de unos galileos que Pilato hizo matar, mezclando su sangre con la sangre de los sacrificios que ofrecían. Jesús les dice que esos que murieron así eran tan pecadores como cualquier otro, implicando que la paga del pecado es la muerte (Romanos 6,23), como quiera.  Los fariseos eran los que creían que podían hablar de otros como más pecadores que ellos y no se daban cuenta de que todos somos tan pecadores unos como otros. Un cristiano lo piensa dos veces antes de abrir la boca para denunciar. «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la ...

Domingo 28 del Tiempo Ordinario, Ciclo B

  En el evangelio de hoy Jesús condena a los ricos y los apegados a las cosas de este mundo. Los cristianos se distinguen por haber descubierto una sabiduría como lo que describe la primera lectura de hoy (Sabiduría 7,7-11): Supliqué y me fue dada la prudencia, invoqué y vino a mí el espíritu de sabiduría. La preferí a cetros y tronos y a su lado en nada tuve la riqueza. No la equiparé a la piedra más preciosa, porque todo el oro ante ella es un poco de arena La sabiduría que han descubierto los cristianos es más preciosa que el oro y más importante que cetros y tronos o que ser reyes y tener autoridad. Eso sí, que eso de tener sabiduría no se nos vaya a la cabeza y nos volvamos fariseos. Es lo que le sucede a más de un cristiano, a más de una cristiana.  Si te engríes en tu sabiduría, entonces realmente no eres sabio. Si miras a los ignorantes y a los pecadores y a los de otras ideas con condescendencia (por encima del hombro) entonces no eres sabio; no piensas como cristiano...