En estos días en que salen a relucir tantos escándalos en la Iglesia católica, que si vamos a ver, ya van más de dos décadas desde que salieron a la luz pública los casos de pedofilia, más las recientes filtraciones de documentos hasta íntimos del Papa, y así seguido, uno ve que muchos católicos puertorriqueños se ufanan por defender la institución de la Iglesia católica. Tal pareciera que para algunos de estos católicos es más importante el Papa y el Vaticano y los obispos, que el mismo Cristo.
Esto lo explico, que para mí, es el resultado de la herencia que España o el catolicismo español nos dejó. Es la actitud de estar en guerra contra las otras denominaciones cristianas, lo mismo que en guerra "contra el mundo".
El verdadero cristianismo consiste en "amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo". Esto es, que para ser un buen cristiano hay que amar los enemigos y hacer el bien a los que nos maldicen. Y cómo no vamos a amar a nuestros hermanos separados, que son tan cristianos como nosotros.
Siempre estuvo claro que no tiene sentido rezar rosarios y después sentir rencor y odio hacia otras personas. Es como el caso del catecismo catalán del siglo 17 que dice, "¿Es pecado matar? Sí. ¿Es pecado matar franceses? No."
Si somos buenos cristianos, entonces seremos buenos católicos y si somos buenos católicos denunciaremos las injusticias aun cuando las cometan nuestros mismos papas y obispos. Y también denunciaremos el fariseísmo y la cobardía, aun cuando lo practiquen nuestros obispos.
Ojalá ser un buen católico fuese lo mismo que ser un buen cristiano. Porque han habido algunos que poco a poco se adueñaron de la Santa Sede, para los que es más importante serle fiel al Vaticano, sobre todas las cosas, lo que a su vez implica darle énfasis a las apariencias tradicionales, como los fariseos.
Como le dijo el Buen Papa Juan XXIII una vez a un obispo, "Cuando llegues al cielo, Dios no te va a preguntar si le fuiste fiel a la Curia, sino que te va a preguntar cuántas almas ayudaste a que llegaran al cielo".
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Esto lo explico, que para mí, es el resultado de la herencia que España o el catolicismo español nos dejó. Es la actitud de estar en guerra contra las otras denominaciones cristianas, lo mismo que en guerra "contra el mundo".
El verdadero cristianismo consiste en "amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo". Esto es, que para ser un buen cristiano hay que amar los enemigos y hacer el bien a los que nos maldicen. Y cómo no vamos a amar a nuestros hermanos separados, que son tan cristianos como nosotros.
Siempre estuvo claro que no tiene sentido rezar rosarios y después sentir rencor y odio hacia otras personas. Es como el caso del catecismo catalán del siglo 17 que dice, "¿Es pecado matar? Sí. ¿Es pecado matar franceses? No."
Si somos buenos cristianos, entonces seremos buenos católicos y si somos buenos católicos denunciaremos las injusticias aun cuando las cometan nuestros mismos papas y obispos. Y también denunciaremos el fariseísmo y la cobardía, aun cuando lo practiquen nuestros obispos.
Ojalá ser un buen católico fuese lo mismo que ser un buen cristiano. Porque han habido algunos que poco a poco se adueñaron de la Santa Sede, para los que es más importante serle fiel al Vaticano, sobre todas las cosas, lo que a su vez implica darle énfasis a las apariencias tradicionales, como los fariseos.
Como le dijo el Buen Papa Juan XXIII una vez a un obispo, "Cuando llegues al cielo, Dios no te va a preguntar si le fuiste fiel a la Curia, sino que te va a preguntar cuántas almas ayudaste a que llegaran al cielo".
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