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La Ascensión y las cosas vistas desde abajo

Es natural. Espontáneamente uno piensa que hay espíritus. Sin razonar mucho uno piensa que uno está en este mundo como un espíritu en un cuerpo. Hasta lo que sé, todas las sociedades, todas las culturas, han planteado la existencia de una dimensión espiritual. Si una mira el mundo “desde arriba”, creyéndose que sabe cómo son los cosas, entonces es cuando de veras uno no se da cuenta de cómo son las cosas. Mirar el mundo desde los dogmas es un modo de estar ciego. Por eso Jesús denunció a los fariseos, por creerse en la verdad, sin pensarlo dos veces.  En los tiempos modernos mirar el mundo en términos “materiales” es también mirar al modo dogmático. Pensar que sólo está la “materia” y del resto, supersticiones, es también una manera de estar ciego.  Para “ver” lo que “hay” es necesario mirar “desde abajo”, conscientes de lo que se supone que haya según lo establecido “desde arriba”. Arriba están los dogmas, las ideas establecidas, que nos pueden cegar a la realidad. Heidegger

EL BUEN PASTOR

Dios busca la oveja perdida, como nosotros cuando se nos escapa el perro de casa. Estamos inquietos y pensamos qué habrá pasado, si lo habrá pisado un carro, si terminará realengo con alguna jauría de la calle lleno de sarna y garrapatas. Decía San Francisco de Sales: Y entonces, cuando la encuentra, no le pega o la castiga, sino que se alegra y no la trae a la casa e empellones y de mala gana. Decía San Claudio de la Colombière: Nunca se ha escuchado decir que un pecador se convirtió a la fuerza, sino a través de la dulzura.

Los olvidados -- reflexiones de Semana Santa

La obediencia de Jesús (Fe de adultos)

En la carta a los Hebreos, capítulo 5 encontramos: Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte (Hebreos 5,10) Es lo que mismo que sucede con todos nosotros frente al peligro. Es lo que encontramos en el salmo 68: Dios mío, sálvame, que me llega el agua al cuello: me estoy hundiendo en un cieno profundo y no puedo hacer pie; he entrado en la hondura del agua, me arrastra la corriente. -Salmo 68,2-22 Cuando llegamos a punto seguro, alabamos a Dios porque nos sacó del peligro.  Pero… ¿Y los que se ahogaron?  ¿Dios se olvidó de ellos? ¿No eran importantes? Probablemente así se sintió Jesús. Es lo que sintió el pueblo de Israel y los judíos ante la desgracia nacional.  Es lo que expresa el salmista: Estoy agotado de gritar, tengo ronca la garganta; se me nublan los ojos de tanto aguardar a mi Dios.

Domingo de Ramos - Ciclo B

El relato de la Pasión de Jesús es más o menos el mismo en los cuatro evangelios.  El relato de la Pasión se puede ver en las escenas del Vía Crucis. En adición a esas escenas vamos a añadirle otras, para facilitar la reflexión. A continuación, algunas escenas que no aparecen en el Vía Crucis tradicional.  La lectura del evangelio de la Pasión según San Marcos comienza con... la pecadora que le limpió los pies a Jesús . Jesús estaba a la mesa con discípulos, amigos, admiradores, curiosos.  Una mujer se acerca, se tira a tierra llorando y empieza a limpiarle los pies con el pelo humedecido en sus lágrimas. ¿No es una mujer histérica? Algo patético. Una mujer cargada de sentimientos de culpabilidad. Pero, cierto, Una golondrina no hace verano. No fue un desliz de alguna ocasión. Era una pecadora habitual. ¿Cuál sería su pecado? ¿De veras que fue una prostituta? En el evangelio no consta que fuera María Magdalena. Tampoco