El sentido de comunidad cristiana es algo que hemos estando buscando recuperar desde el Concilio Vaticano II, a mediados de siglo veinte. En mi caso personal nunca tuve tiempo para leer sobre el tema como sería apropiado y difícilmente podía captar esto hasta que llegué a leer a Dom Gregory Dix sobre el tema de la liturgia. Así, caí en cuenta en todo lo que significa la necesidad de tomar consciencia o hacerse cargo de lo fundamental que es el aspecto comunitario de la celebración eucarística. Ahora es que vi bien en qué consistió la necesidad de dejar el latín como lengua de culto y subrayar la participación del pueblo. Cuando Lutero montó su protesta e inició la Reforma protestante, los cristianos no encontraban la expresión más apropiada de su relación con Dios en el culto público, en la misa. Lo encontraban en sus devociones personales. Esto fue lo que se perpetuó en realidad a partir de ese momento, tanto en el catolicismo, como en las iglesias separadas. Ese es el pun
Carlos Ramos Mattei