La Iglesia anglicana de Estados Unidos ha elegido un nuevo obispo gay, en este caso, una reverenda lesbiana, la Rev. Mary Douglas Glasspool.
Glasspool, de 55 años, canóniga de la Diócesis con sede en Baltimore de Maryland durante los pasados ocho años, fue elegida el 5 de diciembre por feligreses y miembros del clero para ser obispo sufragante en la diócesis de Los Angeles, California. De confirmarse su nominación sería ordenada al episcopado en mayo del 2010.
El arzobispo de Canterbury, Muy Rev. Rowan Williams señaló que esta segunda nominación de un homosexual al episcopado tendrá serias consecuencias para el anglicanismo en todo el mundo.
A mi manera de ver, que reconozco que no tiene que ser la verdad o que no todo el mundo tiene que estar de acuerdo conmigo, los hay que nacen desde la cuna con una orientación homosexual. Esto hace décadas, casi cinco décadas, que se ha confirmado mediante investigaciones de la biología humana y en específico, del cerebro humano.
En ese contexto puede decirse que lo que la Escritura condena es el homosexualismo frívolo e irresponsable que es expresión de rebeldía contra Dios y contra la humanidad, o de una malicia y perversión que se recrea en el deseo del sadismo y la maldad, o también, expresión de una idolatría del sexo y del cuerpo humano. Esto último también puede darse entre heterosexuales. Eso es lo que habría condenado San Pablo, por ejemplo.
Pero si alguien tiene una orientación homosexual desde la cuna y la integra responsablemente a su vida de la misma manera que lo hacen los heterosexuales responsables, entonces no debe haber inconveniente alguno para que tales personas sean considerados para las órdenes sagradas. Después de todo los tales no tienen otra opción en el ejercicio de su sexualidad, aparte, claro, del celibato, igual que los heterosexuales.
Tales homosexuales deben gozar de los mismos derechos fundamentales de todo ser humano.
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