En la lectura del pasaje del evangelio de San Juan, de hoy domingo 5° de cuaresma, ciclo B, hacia el final, Jesús dice, “Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí.”
¿Esto no sucedió? ¿El Príncipe de este mundo todavía está ahí, dentro del mundo, no ha sido echado fuera? ¿De qué valió el sacrificio en la cruz?
Si de veras creemos en Jesús, y le reconocemos y tenemos nuestro encuentro con él, entonces también hemos de reconocer su triunfo definitivo.
No hay diablos que valgan.
No hay que oponerse al mundo. No tiene sentido hacer la guerra contra el mundo.
El mundo no se opone a Dios, porque todo ha quedado sometido al Padre y al nombre de Jesús toda rodilla se dobla, en el cielo como en la tierra.
¿Cómo es posible pensar que Satanás puede retar a Dios?
Esta reflexión queda incompleta, le toca al lector ahora seguirla.
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