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Mostrando las entradas con la etiqueta ayuno

Domingo 29, Tiempo Ordinario, ciclo B

La primera lectura para este domingo está tomada del libro de Isaías 53,10-11. Son unos versículos del Canto al Siervo de Yahvé. “El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación,” nos dice. Por eso prolongará sus años y verá su descendencia. Es que, “lo que el Señor quiere prosperará por su mano”. El Canto al Siervo de Yahvé siempre ha intrigado. Quién sabe, pienso, si se entremezclaron, ya desde la primera producción del manuscrito, líneas de diversos contextos. Por un lado, dice que Dios quiso triturarlo y entregar su vida; por otro, si al Señor le parece le hará prosperar.  Que Dios es soberanamente libre para hacer lo que le parezca, eso es innegable. En la tardía Edad Media los escolásticos se plantearon esto mismo. ¿Quiénes somos para imponerle a Dios lo que tiene que hacer? No es posible obligar a Dios con nuestras oraciones y penitencias y cosas parecidas.  No es que uno puede llegar al cielo y obligar a Dios a darle a uno el boleto

Domingo 28 del Tiempo Ordinario, Ciclo B

La primera lectura para este domingo está tomada del libro de la Sabiduría 7,7-11. El autor canta alabanzas a la Sabiduría: “La preferí a cetros y tronos, y, en su comparación, tuve en nada la riqueza”. El dinero y las riquezas materiales no tienen valor para el sabio; tampoco para el cristiano. De esta manera se anuncia el tema del evangelio del hoy, el rol de las riquezas en el horizonte de la fe cristiana.  La sabiduría es el valor mayor, superior a todos en esta vida. “La quise más que la salud y la belleza, y me propuse tenerla por luz, porque su resplandor no tiene ocaso. Con ella me vinieron todos los bienes juntos, en sus manos había riquezas incontables”. La sabiduría, dirán luego los autores cristianos, es una participación en la misma mente de Dios. Es amar y apreciar lo creado como Dios mismo ama y comprende el mundo, las cosas, los seres humanos. Ser sabio es como descansar en el espíritu de Dios. El salmo responsorial canta los versículos del Salmo 89,12-13

Domingo 22, Tiempo Ordinario, ciclo B

Obra original en un  blog  sobre hipocresía; texto traducido en versión mía. La primera lectura para este domingo está tomada del libro del Deuteronomio 4,1-2.6-8. Al final del capítulo anterior, el pueblo de Israel va a cruzar el río Jordán y entrar a los territorios de Canaán.  Los israelitas cruzando el Jordán Dios le reveló a Moisés que no podría pasar con ellos como castigo al pueblo, por haber dudado de Dios en desierto. Moisés se despide del pueblo como un padre que se despide de sus hijos. Ese es el contexto del comienzo del capítulo 4°, que corresponde a la lectura de hoy. Paréntesis Uno puede preguntarse cuál es la lógica de que Moisés sea castigado por pecados que él no cometió. Es que, en la mentalidad de los antiguos, el rey era responsable de los pecados del pueblo, igual que el pueblo también pagaba por los pecados del rey. Está el caso del adulterio del rey David y el asesinato del esposo de su concubina, para después terminar casándose con ella. El pu