Ir al contenido principal

Entradas

Quinto domingo del tiempo ordinario, Ciclo C

Primera lectura La primera lectura de hoy está tomada del libro de Isaías 6:1ss. Continúa con el tema de la vocación del profeta, como en la lectura de Jeremías del domingo pasado. Esta vez se ubica dentro del género apocalíptico que asociamos con el libro de Daniel y el libro del profeta Ezequiel. “¿A quién mandaré?” dice el Señor; Isaías contesta, “Aquí estoy”. El tema de la completa disponibilidad del profeta para el ministerio de la Palabra de Dios se asocia al tema del evangelio de hoy, de la disponibilidad con que los apóstoles siguieron a Jesús.  Salmo responsorial El salmo responsorial de hoy corresponde al salmo 137:1ss. Alaba al Señor por sus misericordias, da gracias por todo lo que Dios hace por nosotros. No concluye sin volver a pedirle a Dios que no se olvide de nosotros. Segunda lectura La segunda lectura de hoy continúa con la lectura de la epístola primera de San Pablo a los Corintios que estuvimos leyendo el domingo pasado, ahora en 1Cor 15:1ss. Pab

Cuarto Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C

Primera lectura La primera lectura de hoy está tomada del comienzo del libro del profeta Jeremías. En este pasaje Dios comisiona a Jeremías para anunciar lo que Dios le indique.  “Antes de que salieras del seno materno te consagré,” le dice el Señor. Igual que la Virgen, igual que el mismo Jesús, igual que cada uno de nosotros, Dios nos ha predestinado. Algunos, como Jeremías fueron consagrados desde el vientre materno, es decir, desde la misma concepción. Desde el mismo vientre materno ya Dios determinó que Jeremías sería su profeta, su mensajero. Nótese que “profeta” equivale a “mensajero”, “heraldo”, el que revela o anuncia lo que Dios quiere comunicarle a su pueblo. En algunos casos la “profecía”, el “anuncio” podía terminar vaticinando lo que llegaría a suceder. “Te nombré profeta de los gentiles,” dice. En este caso parece que no está hablando de que Jeremías anunciará lo que Dios quiere comunicar a los “paganos”, a los no judíos. El contexto en estos versícu

Domingo tercero del Tiempo Ordinario, Ciclo C

La primera lectura para este domingo está tomada del libro  de Nehemías 8:2ss. Narra el momento en que el sacerdote Esdras convoca a los judíos para que escuchen la lectura de la Torá como pueblo atento al libro de la Ley. Como no habían micrófonos, aparentemente estacionaron varios levitas en lugares estratégicos para que leyeran la Torá a los que les estuviesen cerca. Este episodio marca el momento en que Judá pudo comenzar a recuperar la identidad perdida con el Cautiverio Babilonio. Aun antes de Cautiverio una buena parte de los israelitas y de los judíos fueron olvidando sus tradiciones, sus prácticas, su fe. Claro, no todos.  Como apuntado en otros domingos, el reino original de David se dividió en el Reino del norte (Israel) y el Reino del sur (Judá). El reino del norte retuvo el nombre de Israel porque incluyó a la mayoría de las tribus hebreas y fue más próspero. El reino del sur consistió en la tribu de Judá con su capital en Jerusalén.   El reino del norte suc

Domingo segundo del Tiempo Ordinario, Ciclo C

Paolo Veronese, Las bodas de Caná La primera lectura para este domingo está tomada del profeta Isaías, capítulo 62:1-5. El pasaje prolonga el tema de la epifanía anunciando los tiempos en que la Jerusalén (Sión) que fuera castigada por sus pecados será levantada de nuevo, perdonada y restaurada. “Los pueblos verán tu justicia y los reyes tu gloria,” proclama. Termina usando la imagen de la novia con su esposo: Dios se casará con Sión y en Jerusalén habrá alegría como la que siente una novia con su esposo. El salmo responsorial corresponde al salmo 95:1ss. Continúa en el ambiente de la alegría de la primera lectura. Es un canto de alabanza a Dios por las maravillas que ha realizado. Sigue el mismo patrón del cántico del Magnificat de la Virgen.  “Familias de los pueblos, aclamad al Señor,” reza uno de los versículos del salmo. Así entra en el escenario de la Epifanía también, al dirigirse a todos los pueblos para que sientan la misma alegría al reconocer (ver la revelació