Representación del siglo 6° en el monasterio de Santa Catalina en el desierto del Sinaí. La primera lectura para este domingo está tomada del Libro de los Proverbios 9,1-6. La personificación de la Sabiduría anuncia: construí una casa y he preparado un banquete. La mesa está lista, vengan todos los “simples”, los faltos de juicios, los inexpertos, todos están convidados. Atrás queden “las simplezas”, las necedades, “la inexperiencia”. Una vez uno come y bebe de la mesa de la Sabiduría, la vida anterior es necedad. De esta manera se anuncia la continuación del tema de los domingos anteriores que volveremos a encontrar en la segunda lectura y en el evangelio de hoy, la exhortación a abandonar las necedades de los paganos y venir al banquete eucarístico. Igual que en el banquete de la Sabiduría, en que la misma Sabiduría es la comida y bebida, así la predicación de Jesús es comida y bebida. Pero la predicación de Jesús y él mismo son la misma cosa. Jesús se predica a sí m
Carlos Ramos Mattei