La primera lectura para este domingo está tomada del profeta Isaías 42,1-4.6-7. En esta lectura el profeta anuncia al Salvador que ha llegado: «Este es mi Servidor, a quien yo sostengo, mi elegido, en quien se complace mi alma. Yo he puesto mi espíritu sobre él para que lleve el derecho a las naciones.» El Servidor de Yahvé traerá justicia para todos. Repartirá a cada uno lo que se merece. Es nuestra alegría al ver que se le reconoce el mérito a quien lo merece. No se anuncia la venganza, sino el derecho, la justicia. «Yo, el Señor, te llamé en la justicia, te sostuve de la mano, te formé y te destiné a ser la alianza del pueblo, la luz de las naciones, para abrir los ojos de los ciegos, para hacer salir de la prisión a los cautivos y de la cárcel a los que habitan en las tinieblas.» A los que están en la cárcel de las tinieblas, a los cautivos de las obligaciones mundanas, a los cegados por la esclavitud al pecado, el Siervo les trae luz, iluminación, liberación. Con el
Carlos Ramos Mattei