Ir al contenido principal

Domingo 22 del tiempo ordinario, ciclo A




En el evangelio de hoy Cristo nos llama a seguirlo incondicionalmente. Habla de los que se corrompen con las ambiciones y pasiones de “este mundo”: “¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?”

Jesús se refiere a los que se ciegan con las preocupaciones del dinero y de la ambición y eso les lleva a vivir un infierno en vida.

Es fácil despreciar a los que se ciegan con el dinero y la ambición. Eso es lo que hacían los fariseos. En la medida que lo hagamos, estaremos siendo fariseos nosotros también.

Es como despreciar a la mujer caída o a la mujer de vida libre, o al hombre de vida libre. Habrá más de un cristiano que adoptará la actitud de decir , “Qué ignorantes, qué débiles, qué frívolos”... o cosa por el estilo. Eso es lo mismo que hacían los fariseos y somos fariseos en la medida que lo podamos hacer nosotros también.

Pero esa no fue la actitud de Jesús frente a la mujer pecadora. Luego, hay que entender las palabras de hoy en ese contexto.

Y es que el evangelio también se refiere a cada uno de nosotros. ¿Es posible evitar el sexo? ¿Es posible evitar entrar en el juego social de los intercambios económicos y de la carrera vocacional? ¿Es posible evitar tener que comer?

¿Es posible evitar cooperar con las compañías multinacionales y comprar sus productos que son posibles a tan buen precio gracias a la explotación y las condiciones de trabajo de los trabajadores y trabajadoras de los países pobres?

Casi todas las pelotas de béisbol (quizás todas) se fabrican en unas fábricas en México bajo condiciones terribles de calor y en un ambiente que recuerda las fábricas de Manchester del siglo 19. ¿Cómo contrasta eso con cada pelotero millonario que las maneja? Pero... ¿Es posible evitar utilizar esas bolas? ¿Debe por eso el pelotero dejar de jugar?

Es como preguntar, ¿Es posible dejar de comer porque los vegetales sobre nuestra mesa son producto de la explotación y las terribles condiciones de trabajo de los trabajadores pobres?

Así, podemos decir que todos somos culpables y es inevitable “contaminarse” con el dinero y la ambición. Los que merecen que les tengamos pena son los que, ingenuos, desprecian a los que se enredan en “las cosas de este mundo”. Es hora de abandonar el puritanismo.

A mi modo de ver, Jesús los que nos pide es estar conscientes de esta realidad que describo y no dejarnos cegar por las pretensiones o la ambición y el dinero. La ambición y el dinero son como nuestro cuerpo, la realidad que habitamos (por eso Ortega y Gasset decía “Yo soy yo y mi circunstancia”). El mundo de los negocios y de la carrera vocacional es como el cuerpo en que vivimos.

En términos morales Jesús nos dice que no dejemos que nuestra realidad nos ciegue y que nos aparte de las virtudes cristianas: el amor al prójimo y la buena voluntad, sin negar esa realidad.

No podemos evitar nuestras debilidades que son tan parte nuestra. Por eso Jesús nos llama a confiar en él con más razón al darnos cuenta que por nuestra cuenta es fácil caer en los excesos. La fuerza y la gracia para ser justificados y para vivir en la paz de él la da él mismo.

Esto no es todo lo que se puede decir sobre esto, pero hasta aquí llego. Estoy seguro que el lector podrá añadir otros pensamientos y hasta corregirme.

..........

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Pablo, Marcos y Bernabé

Rafael Sanzio, San Pablo predicando en Atenas El 11 de junio se celebra la fiesta de San Bernabé. Se dice que Pablo pudo evangelizar a los gentiles "a través de la puerta que abrió Bernabé". Luego de su conversión, Pablo vino a Jerusalén, pero no fue bien recibido por los hermanos, que no se fiaban de él por haber sido perseguidor de cristianos. (Hechos 9:26–28) Bernabé fue el que buscó a Pablo y entró en conversación con él, desarrolló amistad con él, y lo trajo a la comunidad de los demás hermanos, consiguiendo que confiaran en él. Pablo, Bernabé y Juan Marcos se fueron juntos en un viaje de evangelización. Pero a mitad de camino Marcos se separó de ellos y se volvió. (Hechos 13:13) Los Hechos de los Apóstoles no dan la razón que hizo que Marcos retornara. Es posible que fuese algo completamente normal y explicable. Pero también pudo ser el resultado de un buen altercado con Pablo, que de seguro era bastante fogoso. En una ocasión más tarde Pablo y Bernabé

Iglesia anglicana de Estados Unidos ha elegido un nuevo obispo, lesbiana

La Iglesia anglicana de Estados Unidos ha elegido un nuevo obispo gay, en este caso, una reverenda lesbiana, la Rev. Mary Douglas Glasspool. Glasspool, de 55 años, canóniga de la Diócesis con sede en Baltimore de Maryland durante los pasados ocho años, fue elegida el 5 de diciembre por feligreses y miembros del clero para ser obispo sufragante en la diócesis de Los Angeles, California. De confirmarse su nominación sería ordenada al episcopado en mayo del 2010. El arzobispo de Canterbury, Muy Rev. Rowan Williams señaló que esta segunda nominación de un homosexual al episcopado tendrá serias consecuencias para el anglicanismo en todo el mundo. A mi manera de ver, que reconozco que no tiene que ser la verdad o que no todo el mundo tiene que estar de acuerdo conmigo, los hay que nacen desde la cuna con una orientación homosexual. Esto hace décadas, casi cinco décadas, que se ha confirmado mediante investigaciones de la biología humana y en específico, del cerebro humano. En ese contexto pu

Las tentaciones de Jesús (en Viernes Santo)

Gustave Doré,  Jesús abandona el Pretorio Al final de la cuaresma vale recordar el comienzo. En el primer domingo de cuaresma el evangelio nos refiere a las tentaciones de Jesús en el desierto. En cuanto hombre esas tentaciones de seguro acompañaron a Jesús durante toda su vida mortal. Con más razón estarían con él al momento de la Pasión y la crucifixión.  En el Jesús tentado somos todos tentados y por eso todos participamos en el triunfo de Jesús. Las tentaciones de Jesús son nuestras tentaciones también. Todavía más serio que el ser tentado por las debilidades del cuerpo, de nuestra biología, están las tentaciones al orgullo, la vanidad, la posibilidad de retar y cuestionar a Dios. La primera tentación de Jesús en el desierto fue la de convertir las piedras en pan, cuando sintió hambre. Sí, fue un asunto de sentir la debilidad del propio cuerpo. Pero el asunto representaba algo más complicado. Pienso que se trata del orgullo del poder, de la vanidad. “Yo puedo y t