Jesús ante Pilato |
Invito al lector a rumiar los siguientes párrafos.
Me parece que pasa lo siguiente. Con la experiencia y la reflexión vamos entendiendo mejor las verdades.
De primera intención pensamos: matar a un ser humano es algo terrible, horrible.
Entonces, un día nos encontramos con que alguien nos ataca con un machete y nos vemos obligados a defendernos… con lo que sea. No es que uno quiso matar. Es que en la circunstancia, en esa situación, fue necesario defenderse. Hubo que matar en defensa propia. Para salvar mi vida tuve que matar a otro.
De todos modos quedo horrorizado y quedo afectado emocionalmente. Cierto, se justificó que yo matara. Pero me doy cuenta que es cierto, también, que es una verdad, eso que no se puede admitir que haya matanzas así porque sí.
Luego de esa experiencia veo que la verdad no ha cambiado, y también veo que en ocasiones hay excepciones a la regla. Hay momentos reales, en la realidad, en que hay excepciones que son necesarias.
Eso no significa que las verdades cambien.
Hay momentos reales, en la realidad, en que hay excepciones.
Hay momentos reales, en la realidad, en que es necesario el aborto.
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