Este domingo el protagonista del evangelio es San José. Pero el enfoque siempre es la celebración del nacimiento del Hijo de Dios. La primera lectura nos presenta el pasaje profético de Isaías 7,10-14: «Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa ‘Dios-con-nosotros’.» De esa manera desde el comienzo se nos llama la atención hacia la Virgen y el nacimiento de Jesús. El salmo responsorial corresponde al salmo 24(23),1-2.3-4ab.5-6. Es el salmo que se canta o recita para las fiestas de la Virgen María: Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos. ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos. En esta ocasión los versículos del salmo aplican a San José: el hombre de manos inocentes y de puro corazón. La seg
Carlos Ramos Mattei