Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas con la etiqueta ayuno

Domingo 2º de Adviento, Ciclo B

  El tema de este domingo es el llamado a prepararle el camino al Señor. La primera lectura está tomada del profeta Isaías 40,1-5.9-11. El profeta anuncia la restauración del reino de Israel que vendrá a consecuencia de la llegada del Señor. «Consolad a mi pueblo,» dice. «Preparadle un camino al Señor,» que ya llega.  «Se revelará la gloria del Señor»; por eso, «Súbete a un monte elevado heraldo de Sión…di a las ciudades de Judá…’Mirad, el Señor Dios llega con poder, y su brazo manda’…Como un pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne [el rebaño, las ovejas dispersas de Israel], toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres». En el evangelio de hoy encontraremos a Juan, haciendo la labor de ser el heraldo de Sión, anunciando la llegada inminente del Señor.  Llegará Jesús como el Buen Pastor, a rescatar las ovejas dispersas y perdidas para establecer un reino, el reino de Dios. Con el salmo responsorial cantamos los versos del salmo 84,9ab-10.11-12.13-14. Cantamos: V

4º Domingo de cuaresma, Ciclo A

En el evangelio de hoy Jesús cura un ciego de nacimiento. Los discípulos preguntan: ¿Quién pecó, él o sus padres? "Ni él, ni sus padres," les dice Jesús. Esto significa que el ciego es inocente y sin embargo está ahí, como un mendigo a la orilla del camino, y ciego. El ciego de nacimiento nos representa a todos nosotros. Sufrimos, por culpa del pecado de nuestros padres (Adán y Eva). Pero somos inocentes. Esto lo podemos decir sobre todo hoy, cuando aceptamos con los estudiosos de la Biblia que Adán y Eva son un símbolo, no es que existieron literalmente. En los evangelios no se habla del pecado original, ni Jesús se presenta como el que va a inmolarse para que ya no suframos las consecuencias del pecado original. Jesús tampoco habla de un Padre airado, ofendido infinitamente por el pecado de Adán y Eva, de manera que requiera un sacrificio con valor infinito para satisfacer su orgullo herido. El Padre no es un Dios de venganzas. Al menos eso no es lo que encon

Domingo 6º del Tiempo Ordinario, Ciclo A

La primera lectura de hoy está tomada del libro de Sirac (Eclesiástico) 15,16-21. Anuncia el tema del domingo de hoy, el cumplimiento de la Ley. Para los judíos hasta el día de hoy la Ley es el punto alrededor del cual gira su vida. Es el eje que define su identidad. Así era en tiempos de Jesús.  «Si quieres, guardarás los mandatos del Señor,» dice Sirac. Está en nuestras manos observar los mandamientos de la Ley. También nos dice el texto de la primera lectura: «…delante del hombre están muerte y vida: le darán lo que él escoja.» Esto es, que somos libres, pero que también es necesario aceptar las consecuencias. Una opción implica vida; la otra opción implica muerte.  Sirac también nos dice que Dios no mandó a pecar al ser humano. Los humanos pecamos por cuenta propia. Dios, el Espíritu de Dios, nos mueve en nuestra mente a actuar y pensar de muchas maneras, que es lo mismo que pensaban los antiguos. Pero a diferencia de los demás pueblos, que pensaban que los dioses también

Domingo 5º del Tiempo Ordinario, Ciclo A

La primera lectura de hoy corresponde a Isaías 58,7-10. «Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, viste al que ves desnudo, y no te cierres a tu propia carne,» nos dice. Con esto último se refiere a «no cierres tu corazón a tu semejante», según las notas al calce de la Biblia de Jerusalén. Hay muchos cristianos que se preocupan más por identificar herejes, y que en la misa la gente adore la hostia antes de comulgar, que en preocuparse por los pobres y menesterosos.  El contexto del pasaje de Isaías es la situación de los judíos en el cautiverio babilonio. Se lamentaban de cómo Dios los había podido abandonar así. Isaías entonces les señala: cumplían sólo con las apariencias y las formalidades, pero no llevaban la bondad en el corazón. El salmo responsorial está tomado del salmo 111,4-5.6-7.8a.9. Se hace eco de la primera lectura: En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo. Dichoso el que se apiada y presta,

DOMINGO 3 - TIEMPO ORDINARIO - CICLO C

En el evangelio de hoy comenzamos la lectura del evangelio de San Lucas, desde el capítulo 1. Jesús inicia su misión en la sinagoga de Nazaret y proclama que se han cumplido las Escrituras.  De esta manera con el año litúrgico continuamos la celebración de nuestra salvación al recordar el momento en que Jesús comenzó su recorrido desde Galilea para darnos la Buena Noticia. La inauguración de la vida pública de Jesús en la sinagoga de Nazaret es ya la inauguración del Reino de Dios. Veamos el asunto como lo pudieron haber visto los que estaban allí y le escucharon leer las Escrituras. “Aquí está uno que todos conocemos y que nos dice que ya llegó la salvación, que se han cumplido las Escrituras,” pensarían. Recordar que es en la sinagoga de Nazaret, una aldea de una treintena de familias.  Pero si le damos fe a las narraciones de los evangelios, la noticia se regó y llegaron muchos a verle y escucharle. Llegó a tener tal importancia que en Jerusalén se sintieron obligados

Domingo 3° de Adviento, ciclo C

La primera lectura para este domingo está tomada del libro del Libro de Sofonías 3,14-18a. Comienza con un, “¡Grita de alegría, hija de Sión!” y de esa manera sienta el tono para este domingo. El tema de este domingo es la alegría ante la llegada inminente del Mesías, el Enviado que será el Rey de Israel. Ya llega, como las nubes que traen la lluvia para terminar con la temporada de sequía.  El salmo responsorial para este domingo consiste en un canto, tomado del Libro de Isaías 12,2-3.4bcd.5-6. Es el canto de alegría que se hace eco de la primera lectura. Dios ya llega. No hay que sentir temor, ni ahora, ni en el futuro. Porque el Señor es nuestra fuerza y él es nuestro salvador.  La segunda lectura está tomada de la Carta de San Pablo a los Filipenses 4,4-7. Continúa el tema de este domingo: “Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense.” Subraya lo que ya encontramos en el canto de Isaías que entonamos a manera de reacción a la primera lectu

Domingo 30, Tiempo Ordinario, ciclo B

La primera lectura para este domingo está tomada del libro de Jeremías 31,7-9. El pasaje anuncia un gran regocijo porque “El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel”. Dios anuncia que traerá hasta Jerusalén a los israelitas dispersos, “os congregaré de los confines de la tierra”. Es el retorno de los que fueron llevados al cautiverio de los asirios y babilonios, lejos de su patria. Ahora pueden volver, como una gran multitud que inunda los caminos. Fueron arrastrados como ganado, “Se marcharon llorando,” pero ahora, “los llevaré a torrentes de agua, por un camino llano en que no tropezarán”. Volverán, sí, como una vez también vagaron por el desierto antes de llegar a la Tierra Prometida. Ahora también volverán, del país del norte.  En la multitud vendrán todos, aun los enfermos, los cojos, los ciegos, las preñadas y paridas. Dios anuncia por boca de Jeremías, “…los guiaré entre consuelos… Seré un padre para Israel, Efraín será mi primogénito”. Comentario breve