Jacop Mengs (Wikimedia) Leo en la revista America, de los jesuitas, sobre las lecturas del domingo que viene. José, que era un hombre justo, decidió abandonar a María repudiándola en secreto. Ella estaba encinta y no se sabía quién era el padre. Un hombre justo obedecía las leyes de Moisés. La ley establecía que a una mujer adúltera había que apedrearla justo a la entrada de la casa de su padre; debía morir apedreada. Lo decía Deuteronomio 22,20. Pero un ángel del Señor se le presentó a José en sueños y cambió su parecer. ----------- Mi comentario: Qué tal si a usted se le aparece un ángel y le dice que no hay que obedecer la ley de Dios, que hay que hacer una excepción por algo que es más importante. Hoy día no le damos tanta credibilidad a un ángel. Podría ser el diablo tentándonos para violar la ley de Dios, o un falso profeta. Hoy día le damos mayor credibilidad al uso de razón. La razón nos da algunas certezas firmes. Tenemos la certeza de que el espaci
Carlos Ramos Mattei