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CRISTO REY -- Domingo 34, Tiempo Ordinario, Ciclo B

Hoy por hoy resulta imposible plantearnos la figura de Cristo Rey de la manera con que se propuso unos cien años atrás.  Ha tomado tiempo procesar lo que adelantaron los teólogos de la primera mitad del siglo 20 – no sólo en la iglesia romana. También ha sido así en las otras iglesias cristianas de la Iglesia católica, del cristianismo universal.  El ecumenismo A finales de siglo 19 y comienzos del siglo 20 el movimiento ecuménico tomó ímpetu, algo que quizás se dio desde el siglo 18. Los misioneros de diversas denominaciones cristianas en África, Asia, Oceanía, comenzaron a colaborar entre sí. Se encontraban lejos, en tierras extrañas y a veces frente a gentes hostiles. Además, estaban libres de las ataduras sociales de sus países de origen. Así surgió espontáneamente la colaboración entre todos. A fin de cuentas, todos eran cristianos. Esto llevó al Concilio Mundial de Iglesias en 1948, no sin antes pasar por varias etapas a partir de la Conferencia de Edimburgo en

Domingo 33, Tiempo Ordinario, ciclo B

La primera lectura para este domingo está tomada del libro del profeta Daniel, capítulo 12, versículos 1 al 3. Nos presenta al arcángel Miguel, “el arcángel que se ocupa de tu pueblo” — es decir, el encargado del pueblo israelita, judío. El arcángel se levanta: el texto se detiene ahí.  “Serán tiempos difíciles,” nos dice. Querrá decir que Miguel ahora viene al auxilio de su pueblo protegido, porque ha llegado el momento de la liberación del Cautiverio en Babilonia. Eso va sugerido por lo que sigue: “Entonces se salvará tu pueblo”. Serán tiempos difíciles y muchos de entre “los que duermen en el polvo” (muertos) despertarán, unos para la vida eterna y otros para “ignominia perpetua”. Los sabios tendrán un fulgor como el del cielo y los que enseñaron a muchos la justicia serán como estrellas que brillarán por toda la eternidad. Así termina el pasaje. Reflexión breve sobre la primera lectura Como en tantos otros lugares de la Sagrada Escritura, el pasaje de la primera l

Domingo 32, Tiempo Ordinario, ciclo B

La primera lectura para este domingo está tomada del libro 1° de los Reyes 17,10-16. El profeta Elías huye de Israel (Reino del Norte) y llega a la ciudad de Sarepta, que estaba en territorio fenicio al pasar la frontera. Quizás implica que ya se sentía más seguro. Pero se encuentra que allí hay una gran sequía y probablemente una gran hambruna como las que vemos hoy día en otros lugares del Oriente Medio, por ejemplo, Etiopía. Cuando hay escasez se da un sálvese el que pueda y los más fuertes agarran lo que hay y los más débiles quedan a la deriva. Peor sería para un extranjero transeúnte que no conocía, ni la gente, ni la región. En ese contexto el profeta se encuentra a una viuda allí, a las puertas de la ciudad.  Pienso que los desesperados y los más pobres se sentarían a la puerta de la ciudad como hacen los pordioseros pidiendo limosna a las puertas de las iglesias (y en las esquinas y semáforos por donde hay mucho tráfico). No necesariamente hay que imaginarse la viu

Domingo 31, Tiempo Ordinario, ciclo B

La primera lectura para este domingo está tomada del libro del Deuteronomio 6,2-6. Es un texto que todo judío se aprende desde pequeño, el Chema Israel , “Escucha, Israel”.  El pasaje de la lectura de hoy es parte del texto del discurso de despedida de Moisés antes de morir. El pueblo está a punto de cruzar el río Jordán y entrar en la Tierra Prometida, pero Moisés no irá con ellos.  Moisés les subraya el temor de Dios: el respeto a Dios.  Hoy día decimos que hay muchos que confunden el temor con el respeto. Si te tienen miedo, o si necesitan pedirte un favor, te tratan con mucho respeto. De lo contrario te tratan como cualquier cosa. Hay personas que así es como se comportan con Dios. Por otro lado, sabemos que el respeto es un asunto de educación. Un gobernante, un alcalde, un concejal, pueden ser personas despreciables por lo sinvergüenza que son. Un malhechor, un facineroso, un criminal o delincuente, pueden ser personas también despreciables en cuanto a su conducta.