En el evangelio de hoy Jesús confirma la llegada del Reino Juan manda a preguntar a Jesús si él es el Mesías. "Eres tú el que ha de venir," le preguntan. Jesús le contesta a los discípulos de Juan, "los ciegos ven y los cojos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y los pobres son evangelizados". La enfermedad y el mal en el mundo son a causa del desorden en la naturaleza. En lenguaje de los tiempos evangélicos diríamos que Dios en su infinita sabiduría permitió el desorden y el mal. Permitió el pecado. En Jesús Dios se hizo humano para demostrar su amor por su creación. El mundo de por sí no es malo, ni despreciable, sino que merece ser amado. Tanto amó Dios al mundo que quiso él también vivir con nosotros. En Jesús Dios lloró con nosotros. Y vino para anunciar el día en que todo se pondrá en su sitio. Ese día ya comienza con él y la llegada del Reino de los cielos. Sólo que el Reino no se da sin nosotros, sin nuestra coope
Carlos Ramos Mattei