En el evangelio de hoy vemos el Juicio Final La primera lectura está tomada de Daniel 12,1-3. Dice que «se levantará Miguel» y «Entonces se salvará tu pueblo». Miguel es el ángel protector del Pueblo escogido, «el gran príncipe que se ocupa de los hijos de tu pueblo», Israel. Su aparición por tanto anuncia la salvación de su pueblo. El Juicio Final será motivo de alegría para los justos, porque los enemigos del Pueblo santo de Dios serán ajusticiados. La segunda lectura, tomada de la carta a los Hebreos 10,11-14.18, nos dice que Cristo, sumo sacerdote ya «Con una sola ofrenda ha perfeccionado definitivamente a los que van siendo santificados»; «donde hay perdón, no hay ya [necesidad de] ofrenda por los pecados». Esto es, que los cristianos no tienen que temer el Día del Juicio de Dios. Son los malvados los que deben temer. En el evangelio Jesús anuncia el Día Terrible del Señor cuando «verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y gloria; enviará a los ángeles y
En el evangelio de hoy vemos el episodio del óbolo de la viuda En la primera lectura encontramos una viuda y en el evangelio encontramos otra viuda. Ambas son mujeres generosas. Todavía en muchos países las mujeres dependen de sus maridos para su sustento. Quedarse viuda y con hijos puede ser una tragedia. De ahí la referencia constante desde los primeros cristianos de atender a las viudas y a los huérfanos. En ambos casos, en la primera lectura (1 Reyes 17,8-16) y en el evangelio (Marcos 12,38-44) vemos a dos mujeres viudas que, a pesar de su condición de pobreza, son gente humana de buen corazón. Así es como deben ser los cristianos. En la primera lectura vemos la viuda de Sarepta que socorre al profeta Elías a pesar de ella estar para que la socorrieran. En el evangelio encontramos una viuda que echa dos monedas insignificantes en la colecta del templo. Eran monedas sin valor para los demás, pero que para ella valían mucho, en medio de su desamparo. Pertenecer al Reino de Dios