Recientemente (11 de junio) Stella Artois, la cerveza belga, ofreció comprar Annheuser-Busch, productores de Budweiser. Esto ha provocado una indignación general entre los norteamericanos. Es como si estuviesen al borde de ser invadidos por las fuerzas extranjeras.
La fábrica original de Stella Artois está en Lovaina, Bélgica, donde pasé mis años de estudios doctorales "en el equinoccio de mi juventud", como diría Ortega y Gasset. De hecho, llegué a solicitar trabajo como traductor con ellos y si me hubiesen reclutado quién sabe si hoy sería ciudadano belga con acento puertorriqueño.
De hecho, Stella Artois es de las cervezas más comunes en Bélgica, que es como decir que no tiene mucho sabor distintivo (la Budweiser es peor) en esa tierra que es verdaderamente la capital mundial de la cerveza. Haga el lector una búsqueda de Internet sobre la cervezas belgas y verá. Pero en este mundo pos industrial lo importante es vender mucho y barato aunque sea de calidad mediocre. Así, Stella Artois se ha ido expandiendo al modo de las grandes multinacionales (Nestlé es Suiza y no norteamericana – hay muchas multinacionales que no son norteamericanas) y ya compró la cervecería más grande de Brasil, que es decir bastante, además de otras adquisiciones.
Pero en este caso es posible que los norteamericanos no permitan la venta de un activo de orgullo nacional como la Budweiser.
Cuando los japoneses compraron a Times Square, el hecho pasó desapercibido. Cuando compraron las principales compañías de cine de Hollywood, también pasó sin llamar mucho la atención. Cuando ya dejaron de producirse televisores y otros productos electrónicos en Estados Unidos, no hubo tanta inquietud. Tan es así, que todavía hay alucinados latinoamericanos que siguen repitiendo la consigna del inmenso poder del coloso del Norte y de cómo los males de América Latina son culpa del imperialismo y... de la globalización.
Pero a la vista está, que los norteamericanos son tan víctimas de la globalización como cualquier otro país. Si fueran tan poderosos, la Ford no estaría al borde de la quiebra, y la producción de acero de mayor calidad y cantidad en el mundo no estaría en Japón.
Si vamos a ver, en la historia de la humanidad en realidad han habido dos grandes civilizaciones con gran potencia: la China y la India. Por unos siglos, par de milenios, los Occidentales o europeos lograron insertarse en la historia de las civilizaciones, aprovechando quizás el cansancio de las otras dos antiguas tradiciones. Quién sabe si ahora llegó el momento de volver a dejarle el terreno, por así decir, a las que siempre fueron grandes civilizaciones, la China y la India.
Sobre la oferta de compra de la Budweiser, ver http://www.guardian.co.uk/business/2008/jun/12/fooddrinks.mergersandacquisitions
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