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CARE – La ayuda no llega


Recientemente salió la noticia de la agencia de socorro CARE, denunciando el malgasto de millones de dólares en los esfuerzos por brindar ayuda en los desastres y en socorrer las poblaciones que sufren hambruna.

Ver http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_7622000/7622425.stm.

En el comunicado CARE señaló que “Los gobiernos, la ONU, los donantes y las agencias de ayuda deben aprovechar esta oportunidad para hacer reformas estructurales al sistema de ayuda que protegerá a los más vulnerables de las emergencias”.

En adición a lo anterior también se señaló que se gasta demasiado dinero en resolver las emergencias y no en atacar los problemas subyacentes de la pobreza.

Esto me recordó unas reuniones en que participé unos tres años atrás, con miembros de agencias de socorro social a nivel de América Latina, en que se habló sobre esto mismo: es más importante ayudar a que la gente pueda desarrollar sus propios procesos para salir de la pobreza, que simplemente paliar el hambre o la necesidad. Es lo que ya hemos oído de que “mejor enseñar a pescar, que regalar un pescado”.

En aquella reunión estaban los que pensaban que remediar la miseria equivale a promover la solución marxista o cubana. Esto también incluye la idea de que la causa de los males de los países pobres viene de los Estados Unidos.

Para mí, que esa tesis ha quedado desmentida con el fracaso del marxismo-leninismo en las repúblicas socialistas de la difunta Unión Soviética y el fracaso igual de un régimen análogo en la Cuba comunista y la China comunista. En esos casos sí que se pueden identificar la conexiones entre la ideología con que estructuró el gobierno y las consecuentes hambrunas que sufrió la población.

Luego de la experiencia Cuba, en el siglo 20 de Rusia, China, Albania, Yugoslavia, Vietnam, Camboya, y otras sociedades comunistas, es obvio que no es posible decir que “el marxismo es la solución”.

Tampoco es posible decir que las crisis económicas de los países pobres provienen de la intervención de los Estados Unidos. Hoy por hoy la crisis económica de los mismos Estados Unidos se parece mucho a la crisis que hubo en México hace unos años atrás, lo mismo que en Japón un poco más de tiempo atrás. Esto es, se trata del tipo de crisis que deriva del mismo sistema económico con que echamos adelante, a falta de otro. Cuando aparezca otra alternativa, la examinaremos.

Si hubiese sido cierto que la crisis económica de Japón o México se debió a la intervención de los Estados Unidos, ¿quién intervino ahora para la crisis de Wall Street? Para el que sabe entender, pocas palabras bastan.

En cuanto a los países pobres, a falta de otra solución, por ahora pareciera que la mejor es la de la micro banca, en que se le prestan pequeñísimos préstamos (dentro de los estándares de la gran banca) sin garantía a emprendedores pobres con ideas para montar un negocio. Así poco a poco al menos unos cuantos pueden ir saliendo de la pobreza, junto con los que se les unan como empleados. Por ese mismo camino la tasa de producción nacional irá aumentando y así el país podrá echar adelante. Ya se ensayó esto en la India con magníficos resultados.

Por casualidad hoy 18 de septiembre de 2008 ha aparecido en El Nuevo Día un artículo/ensayo sobre las microempresas. Ver http://www.elnuevodia.com/diario/columna/459815.

Esta idea no es nueva, se parece a la idea del cooperativismo. En Puerto Rico hubo un gran movimiento cooperativista en la década de 1950. Merece estudiarse – ver qué fue lo que pasó. Yo pensaría que la causa de que no echó adelante fue la corrupción, pero puedo equivocarme.

Pensaría también que éste es el gran obstáculo para el mejoramiento económico en los países pobres.

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