El Congreso de los Estados Unidos debate si debe de aprobar una asignación de $700 billones de dólares para rescatar las compañías en crisis. De repente Estados Unidos pareciera que podría caer en el mismo error de tantas repúblicas y gobiernos sin visión que en el pasado creyeron que una crisis económica se puede resolver poniendo a circular más dinero “con el respaldo del gobierno”.
Cuando se le preguntó a una portavoz del Departamento del Tesoro cuáles fueron los criterios particulares con que se determinó que se debía pedir esa cantidad de dinero, ella contestó que nada en particular, sólo que tenía que ser alguna cifra bastante alta.
Así, los republicanos se oponen a la medida, mientras que los demócratas la favorecen, recordando cómo Franklin Roosevelt promovió la inversión gubernamental para contrarrestar la Depresión en la década de 1930. Llegan al punto de acusar al candidato presidencial republicano John McCain de ser el promotor de la oposición republicana con tal de seguir una estrategia politiquera que le pudiera ganar la Casa Blanca. Pero eso es sólo especulación; sólo demuestra que en Estados Unidos también son bastante obtusos, igual que el resto de los seres humanos.
La crisis de la economía en Estados Unidos se parece bastante a la crisis por la que pasó México hace unos años, igual que en sus momentos las crisis de Argentina, Perú, Bolivia. El mismo Japón, sin dejar de ser un gigante de la economía mundial, pasó por algo parecido hace unos quince años.
Se podría decir, “Esto responde a la intervención y planificación del imperialismo yanqui”. Igual se podría decir, “Esto sucede porque le conviene a los capitalistas”. Pero, claro, eso sería absurdo, tan absurdo como cuando se dijo lo mismo con motivo de las crisis de otros países.
¿No es tan poderoso Estados Unidos? Entonces, ¿Cómo es posible que permitan la quiebra monumental de Lehman Brothers (tan judíos como Wall Street diría algún fanático) y de otras casas financieras? ¿Cómo es que la casa J P Morgan, que no son judíos, sale a la compra de Washington Mutual, otro gigante de las inversiones? Por cierto, fue precisamente Morgan, el fundador, quien en persona rescató al gobierno mismo, a comienzos del siglo 20.
Todo esto nos enseña que los problemas económicos no responden a soluciones fáciles o simplistas. Si Cuba ha pasado por la miseria y Chávez está hundiendo la economía de Venezuela, no necesariamente es porque al imperialismo le interese provocar esa situación. Es hora de pensar la economía sin intereses ni pasiones, como los médicos.
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