Ir al contenido principal

Segundo Domingo de Pascua de Resurrección


Una señal de los tiempos: el Vaticano se muestra indiferente a la fiesta de San José Obrero, instituida para traer a primer plano el tema de la cuestión social.

Y también se muestra indiferente a la celebración del Segundo Domingo de Pascua. Esto se da también por la concentración de la atención en la celebración del Domingo de la Divina Misericordia. Cuando se instituyó esa fiesta, uno de los desatinos del Papa Juan Pablo II (que fue atinado en otros asuntos), ello de seguro hizo que se revolcara en su tumba más de un liturgista de la primera mitad del siglo 20, incluyendo “Chaly”, nuestro beato puertorriqueño en los altares.

Ya en su primer viaje a México, allá por 1979, apenas unos meses de haber sido electo papa, Juan Pablo II dejó saber que ahora su orientación iría hacia el énfasis sobre las devociones populares. Ya por entonces comenzaba a haber un éxodo de católicos hacia las otras confesiones, una vez entrados en la segunda mitad del siglo 20. Parecía que se había analizado el asunto en términos políticos: el grueso de los católicos son campesinos y gente sin estudios, entonces hay que dejar de lado el catolicismo de los teólogos por el catolicismo de las devociones.

Luego se siguió esa ruta (equivocada) para hoy reconocer que la decisión en nada afectó el éxodo de católicos romanos a nivel de la base. Casi se puede decir que el Espíritu Santo nos habla a través de esta realidad. Ese éxodo también es parte de los signos de los tiempos y ha afectado igualmente a todas las iglesias cristianas históricas.

Ciertamente la solución no puede ser la vuelta a las prácticas de la época preconciliar, es decir, anterior al Concilio Vaticano II. Por el contrario, la situación representa la oportunidad de hacer “borrón y cuenta nueva”. Claro, la “cuenta nueva” debe ser la vuelta a un cristianismo depurado, más auténtico, más acorde con lo que es nuestra fe, fundamentada en los evangelios y en la fuerza de la Palabra de Dios.

Como indico en mi publicación sobre Vaticano II, en la primera mitad del siglo 20 se dieron unos movimientos amplios en torno a la liturgia, la Escritura, la opción preferencial por los pobres y así sucesivamente. En el evangelio de hoy encontramos uno de esos puntos que no pasa desapercibido para muchos cristianos contemporáneos, que han recibido más formación educacional que los cristianos “de enantes”, de antes.

Como parte del evangelio de hoy aparece el pasaje de Juan 20:22 en que Jesús sopla sobre los discípulos y les dice, “Recibid el Espíritu Santo”. Esto levanta curiosidad, por su contraste con la narración del día de Pentecostés en Hechos de los apóstoles. Puede que a los campesinos no les produzca inquietud esta observación, pero la dirección de la Iglesia debe demostrar una interpretación comprensiva de este tipo de contrastes entre los pasajes, lo que se verá entonces en la manera de llevar la fe a nivel colectivo.

Decía Unamuno que una fe que no duda, no es verdadera fe.

..............

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Pablo, Marcos y Bernabé

Rafael Sanzio, San Pablo predicando en Atenas El 11 de junio se celebra la fiesta de San Bernabé. Se dice que Pablo pudo evangelizar a los gentiles "a través de la puerta que abrió Bernabé". Luego de su conversión, Pablo vino a Jerusalén, pero no fue bien recibido por los hermanos, que no se fiaban de él por haber sido perseguidor de cristianos. (Hechos 9:26–28) Bernabé fue el que buscó a Pablo y entró en conversación con él, desarrolló amistad con él, y lo trajo a la comunidad de los demás hermanos, consiguiendo que confiaran en él. Pablo, Bernabé y Juan Marcos se fueron juntos en un viaje de evangelización. Pero a mitad de camino Marcos se separó de ellos y se volvió. (Hechos 13:13) Los Hechos de los Apóstoles no dan la razón que hizo que Marcos retornara. Es posible que fuese algo completamente normal y explicable. Pero también pudo ser el resultado de un buen altercado con Pablo, que de seguro era bastante fogoso. En una ocasión más tarde Pablo y Bernabé

Domingo 10 del Tiempo ordinario, Ciclo B

Isaac Van Osten, El paraíso . Adán y Eva están a la distancia, derecha. La primera lectura para este domingo está tomada del libro del Génesis, capítulo 3, versículos 9 al 15. Narra el momento en que Adán y Eva se esconden entre la maleza cuando Dios llega paseándose por el Edén como un hacendado que voltea la finca. Dios los llama y ellos le dicen que tienen miedo a salir porque están desnudos. De inmediato Dios sabe que comieron del fruto prohibido.  El fruto prohibido no fue una manzana, porque en la región de Iraq (donde tradicionalmente se ubica el Edén) no hay manzanas. Eso recuerda la representación de Jesús como un alemán de ojos claros y cabellos rubios. Pero eso no es importante, porque lo importante es el punto del relato. Dios puso una regla y los seres humanos desobedecieron.  Cuando Dios reclama, cada uno se canta inocente. Adán le echa la culpa a Eva; Eva a la serpiente.  De inmediato surgen puntos a meditar. En el Edén no hubo taquígrafo, secretario, tes

Las tentaciones de Jesús (en Viernes Santo)

Gustave Doré,  Jesús abandona el Pretorio Al final de la cuaresma vale recordar el comienzo. En el primer domingo de cuaresma el evangelio nos refiere a las tentaciones de Jesús en el desierto. En cuanto hombre esas tentaciones de seguro acompañaron a Jesús durante toda su vida mortal. Con más razón estarían con él al momento de la Pasión y la crucifixión.  En el Jesús tentado somos todos tentados y por eso todos participamos en el triunfo de Jesús. Las tentaciones de Jesús son nuestras tentaciones también. Todavía más serio que el ser tentado por las debilidades del cuerpo, de nuestra biología, están las tentaciones al orgullo, la vanidad, la posibilidad de retar y cuestionar a Dios. La primera tentación de Jesús en el desierto fue la de convertir las piedras en pan, cuando sintió hambre. Sí, fue un asunto de sentir la debilidad del propio cuerpo. Pero el asunto representaba algo más complicado. Pienso que se trata del orgullo del poder, de la vanidad. “Yo puedo y t