No creo que yo lo sepa todo pero también puedo opinar y pienso que habrá quien le resulte de interés lo que tengo que decir.
Uno puede imaginarse varias hipótesis sobre la renuncia del Papa , todas válidas.
Uno puede asumir que es verdad, ya no tiene fuerzas para seguir.
Le quiere ahorrar al Vaticano la agonía y la incertidumbre de una larga enfermedad.
Quién sabe si tiene Alzheimer o Parkinson y mejor irse antes que su condición empeore.
Si llega a estar en un estado como el que estuvo Juan Pablo II, los cardenales de la curia volverán a tener mano suelta para tomar totalmente el poder que ya tienen parcialmente, el poder absoluto sobre la Iglesia, y eso sería nefasto.
Ya él sabe lo que eso significa cuando Papa Juan Pablo II en sus últimos años ya no gobernó y los de la curia tuvieron rienda suelta y por aquel entonces, por ejemplo, impidieron que él, Ratzinger, interviniera y castigara a algunos de los responsables de los problemas de los curas pedófilos.
Hay al menos un cardenal que fue descubierto en su pedofilia y no se le castigó. Otro cardenal que encubrió a los pedófilos se le “premió” con un buen puesto en la curia, con mucho prestigio y bien remunerado. Y él, Ratzinger, no pudo evitarlo. Entre tanto Juan Pablo II ya ni sabía si estaba en este mundo.
El caso más paradigmático fue el trato que se le dio al fundador de los Legionarios de Cristo, que son más conservadores que los mismos miembros del Opus Dei. Este señor abusó por años de muchos de los seminaristas de la “Legión” y encima tuvo una vida de familia con una mujer y tuvo hijos. Se desaparecía diciendo que era agente de la CIA y que tenía que ir a una misión. Desde la década de 1980 ya se sabía de este señor y sus inmoralidades, pero tal pareció que los mismos miembros de la curia lo protegieron mientras él les “donaba” a título individual decenas de miles de dólares.
De las primeras cosas que hizo Ratzinger al llegar a ser Papa fue sacar a este señor de circulación y enviarlo a encerrarse en un monasterio, donde murió unos meses más tarde. Algunos críticos extremos se preguntan por qué no lo suspendió a divinis, por qué no le dio algún castigo ejemplar. Entre tanto a los que cuestionan alguna costumbre como el celibato se les castiga así, “ejemplarmente”.
Baste pensar qué hubiera sucedido si hubiera habido una epidemia de sacerdotes asesinos. Ahí se entiende el gran pecado de encubrir a los pedófilos. Abusar de la inocencia de un niño o de una niña es como cometer un asesinato.
El obispo de Kansas City ya fue condenado a cárcel por eso, por encubrir y obstruir la justicia. Pero el Vaticano (la curia) no lo ha suspendido ni ha dicho esta boca es mía. El obispo en cuestión todavía no ha sido ingresado en la cárcel.

En varias ocasiones Papa Benedicto ha demostrado tener cierto sentido común. No es un fanático o un “ignorante con iniciativa” como algunos de la curia, desafortunadamente hispanos.
En una ocasión dijo que ciertos contextos podían justificar el uso de condones. De inmediato no lo dejaron decir más y la oficina de prensa del Vaticano se dedicó a aclarar, es decir, lo que en Estados Unidos le llaman “damage control”, “limitar el daño”.
Recientemente Papa Benedicto dijo que se debía liberalizar el proceso de anulación de los matrimonios y lo justificó con un razonamiento teológico muy claro y pastoral, nada de explicaciones rebuscadas. De inmediato el engranaje de la oficina de prensa del Vaticano salió a aclarar lo que había dicho.
Puede que Benedicto se cansó del tira y hala con la curia.
Quién sabe si se ha dicho a sí mismo, “Yo no vine a administrar, ni a gobernar y practicar la diplomacia; yo vine a predicar y aclarar la doctrina, a ser un pastor. Y no me dejan ser pastor”.
En efecto, el Concilio Vaticano II propuso que el Papa gobernara como un pastor, junto a los obispos en un Sínodo o senado episcopal. Se esperaba que la curia estuviese subordinada a esta estructura de gobierno pastoral. Pero la curia supo retomar las riendas de la iglesia institucional. Cayeron en la trampa de los lefebvristas y se dedicaron a defender las ideas y la tradición y se olvidaron de predicar el mensaje del Evangelio. Quién sabe si Ratzinger se dio cuenta de esto.

Ojalá el escenario que me imagino sea el correcto. Porque entonces eso significaría que Benedicto quizás influenciará el cónclave de manera que su sucesor “limpie la casa”.
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