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Domingo 3° de Pascua, Ciclo A

Ticiano, La cena en Emaús

En el evangelio de este domingo se nos presenta el episodio de los discípulos de Emaús. 

La primera lectura está tomada de Hechos 2,14.22-33. Es un pasaje del discurso de San Pedro ante el Sanedrín, lo que los estudiosos toman como una versión de la predicación original de los cristianos. Pedro anuncia la resurrección, que pone en evidencia de que Jesús es verdaderamente el que vino enviado por Dios para restaurar el reino de David y rescatar a las ovejas perdidas de Israel. 

En el año 70 después de Cristo los romanos destruyeron el templo y dieron fin al reino de Judá por segunda vez. Después de ese evento permanecemos a la espera de la Segunda Venida en majestad del Hijo de Dios (Hechos 3,21) mientras interpretamos "reino de Israel" como el pueblo santo de Dios, los cristianos. 

Cierto que algunos cristianos estadounidenses y algunos judíos todavía esperan la restauración del templo, una vez que se restauró la nación de Israel en 1948. Algunos judíos más tradicionalistas hasta hablan de restaurar los sacrificios de animales. También están los mormones, que alegan que ya estamos en los Últimos Tiempos.

El salmo responsorial está tomado del salmo15,1-2.5.7-8.9-10.11. En respuesta a la primera lectura y reafirmando el tema de la resurrección cantamos "Bendeciré al Señor….Porque no me abandonarás en la región de los muertos ni dejarás a tu fiel ver la corrupción". 

La segunda lectura está tomada de la primera carta de Pedro 1,17-21. En este pasaje Pedro nos recuerda el plan salvífico de Dios que desde antes de la creación determinó la encarnación de su Hijo para rescatarnos de nuestra vida inútil mediante el derramamiento de su sangre. Que esto es así quedó manifestado en su resurrección.

El evangelio está tomado de Lucas 24, 13-35. En la narración dos discípulos van camino a la aldea de Emaús y se les une Jesús resucitado, al que ellos no reconocen. Le cuentan lo triste y desanimados que se sienten por la terrible muerte en cruz del maestro (no se han enterado de su resurrección). 

Ellos están igual que nosotros. Aun si les cuentan que resucitó, quién sabe…

“¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?”, les dice Jesús. “Y, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.” 

Eso fue como la preparación para que los discípulos de Emaús tuvieran la experiencia que tuvieron con él en la posada. Él hace ademán de seguir, pero ellos lo animan a que se quede con ellos señal de que son gente generosa de buena voluntad. Entonces, al sentarse a comer pronuncian la bendición sobre la comida, como de costumbre entre los judíos, hasta hoy. En ese momento Jesús hace un gesto, en la manera de bendecir el pan, que hace que los discípulos lo reconozcan. 

Jesús está con nosotros, hasta el día de hoy, en el partir el pan.

Invito a ver mis apuntes del 2020 (oprimir sobre el año).  



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