En el evangelio de hoy Jesús nos dice que al hablar la persona revela lo que hay en su corazón De la bondad del corazón derivan las palabras de bondad, de la misma manera que de la maldad del corazón salen las palabras llenas de odio y perversidad. Ya en la primera lectura (Sirá o Eclesiástico 27,4-7) se nos dice que se conoce quién es quién por su conversación, por lo que dice. Es lo mismo con el fruto del árbol. Del árbol bueno salen frutos buenos y del árbol malo salen frutos malos. Lo que las personas dicen y lo que hacen revelan lo que está en su mente y en su corazón. En la segunda lectura (1 Corintios 15,54-58) san Pablo nos recuerda que Jesús resucitó y así venció la muerte y nuestra debilidad. Eso es motivo de seguridad y de alegría. La conclusión es algo claro: vivamos de acuerdo a esa alegría de los redimidos en Cristo. En el evangelio (Lucas 6,39-45) Jesús nos recuerda que hemos de cultivar la bondad del corazón. De esa bondad nacerán las buenas obras de m...
Carlos Ramos Mattei