Ir al contenido principal

Entradas

El cumplimiento de la Ley - Parte 2

“No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice. El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos.” (Mateo 5:17s) Uno tiende a pensar: ¿En qué quedamos? ¿Hay que cumplir con lo que dispone el Deuteronomio, Números, etc.? ¿Tendremos que ponernos a sacrificar bueyes, etc.? A continuación de la cita anterior sobre el cumplimiento de la Ley,  Jesús nos dice: “Y si tu mano derecha te hace pecar, córtatela y arrójala. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él vaya al infierno.” (Mateo 5:29) Desde los primerísimos tiempos del cristianismo hasta ahora, no se ha sabido de alguien que tome tales palabras al pie de la letra. Aunque sí, hay una excepción: Orígenes. Se trata de uno

El cumplimiento de la Ley

Hay diversas maneras de pelar un huevo. Y hay diversas maneras de cumplir con la Ley. Uno puede cumplir con la Ley de un modo estricto y al pie de la letra. O también uno puede cumplir con la Ley con una interpretación “liberal” y poco estricta.  Cumplir con la Ley es algo así como hacer un arroz con pollo. Hay una diversidad de arroces con pollo, según los ingredientes y condimentos y el proceso que se siga. Esto recuerda el caso del millonario que tenía un robot sirviente que le acompañaba a cenar. “Pásame la sal,” le dijo y el robot le contestó, “¿Por dónde quiere que se la pase?”.   Así es como nunca estamos seguros de interpretar correctamente lo que plantea la Ley, que data de cientos de años atrás. Aun las mismas palabras de Cristo, no estamos seguros si las interpretamos bien. Está también el caso del que le dijeron: “Al salir cierra la puerta”. Él, por ser demasiado inteligente, contestó: “Ahora la puerta está cerrada, así que cómo voy a salir. Aun si estuviera abierta,

Para qué juzgar a los otros

Tenemos una tendencia a juzgar a los demás y a esperar que se comporten como nos parece a nosotros. Esto se da entre los cristianos, o también, entre los más dedicados a la vida de fe y el esfuerzo por una vida justa. No caemos en cuenta de que cada uno es un mundo y que cada uno camina según la luz que le alumbra. Nuestros juicios sobre los demás en vez de ser justos, son prejuiciados. Los demás tienen que ser según nos parece a nosotros. Es manera de ver las cosas o de ver a los demás, cambia una vez que visualizamos la posibilidad de que estemos equivocados, que no es que “tenemos la verdad agarrada por el rabo”. Aun cuando el otro pueda parecer equivocado, existe la posibilidad de que en realidad somos nosotros los que estamos equivocados. Nos creemos en posición de reconocer el pecado en el otro, y quizás no vemos el mayor pecado en nosotros. Nuestra sabiduría de por sí es una sabiduría frágil, por más que estemos seguros en lo fundamental. Creemos en el Señor Jesús, per

El sentido de ser cristiano

El triunfo de Santo Tomás de Aquino sobre los herejes Vaticano II fue la culminación de varios movimientos que se fueron dando en el cristianismo desde la época del Cardenal Newman. De ahí que alguien dijera que el Concilio fue “el concilio de Newman”, por su gran influencia. Newman estimuló el interés en los primeros cristianos, y el modo de darse el cristianismo antes de su inculturación dentro del helenismo bajo la influencia del neoplatonismo. Aun si ya el protestantismo se inició con este interés, Newman descubrió algo nuevo. Los protestantes ya lo habían descubierto, pero no se percataban del todo de lo que sólo captaban de modo inconsciente. Newman descubrió de manera consciente el sentido evangélico de la fe. Esto es, con Newman y otros con él (tanto en el catolicismo, como en el protestantismo, pero sobre todo en el protestantismo - pensemos por ejemplo en Kierkegaard) caímos en cuenta de que el cristianismo no es una doctrina filosófica, ni una propuesta teológica. El

Bienaventurados los pobres de espíritu

Uno se pregunta, ¿Qué de malo tiene ser “rico de espíritu”? Esto es, qué de malo es tener riqueza de espíritu. Una cosa es ser rico en términos de las riquezas materiales, del dinero, por ejemplo. Pero otra cosa es ser rico en bienes espirituales. Una persona rica en bienes espirituales puede ser el que tiene una gran fortaleza de espíritu, que tiene una gran personalidad o que tiene un gran carácter. Puede ser también el magnánimo, el valiente, lo mismo que el prudente y acertado en sus decisiones. ¿Habría que condenar a la persona “rica en espíritu”? La contestación parece obvia, pero también parece que a través de la historia esta distinción ha dado pie a una confusión. Eso a su vez ha llevado a la práctica de un cristianismo pervertido, tanto como a unas ideas equivocadas. Veamos esto con más detalle. Uno puede ser rico (con dinero) y ser pobre (desapegado en el sentido cristiano). La contestación parece obvia: es decir, lo que Jesús dijo se refiere más bien a los que s

El octavario de oraciones por la unidad entre los cristianos

Liturgia tradicional Del 18 al 25 de enero muchas iglesias celebran una semana de oraciones por la unidad entre los cristianos. Es posiblemente la actividad ecuménica más popular - puedo equivocarme. De todos modos esta semana de oración ecuménica representa un esfuerzo serio y muy propio de nuestra fe cristiana. Nos unimos todos, de manera espiritual, para invocar la fuerza del Espíritu que nos abra el camino para salvar los obstáculos que impiden la unidad. La separación entre las iglesias y hasta el odio que algunos miembros de las iglesias expresan hacia los que no están con ellos, constituye quizás el mayor escándalo o el mayor contrasentido de nuestro cristianismo. La unidad no ha de conseguirse mediante la humillación de unos frente a otros. Habrá de conseguirse mediante el diálogo hombro con hombro entre los que llevan la convicción de ser hermanos en la misma fe. Esto, aunque seamos “hermanos separados”, como lo denominó SS Juan XXIII. Con esa designación indicó que lo

Dios con nosotros... y Martin Luther King

Lo que se anunció en Navidades se confirma en Epifanía y se nos vuelve a recordar en los domingos siguientes. Jesús representa la presencia de Dios entre nosotros y el Camino a la Vida. Dios está con nosotros en nuestro caminar. Junto a Juan, Jesús nos llama a la conversión de vida, a enderezar nuestra dirección hacia él que es la Vida. Juan bautizó con agua, Jesús trae el bautismo del Espíritu Santo. Con su bautismo, Jesús trae la liberación de las cadenas del pecado. Nos trae el perdón para nuestro pasado y la esperanza de un futuro mejor. Notar que esto se da en el contexto de una comunidad. Las cadenas del pecado: estamos atrapados en las injusticias naturales de la vida en este mundo. Hay un desajuste entre nuestras metas y la realidad en que estamos inmersos. Tomemos el caso de Martin Luther King, cuyo recuerdo celebramos el tercer lunes de enero. Igual que Mahatma Ghandi, nos demostró el camino de Jesús. Es el camino de la lucha contra el pecado, pero al modo de la no vio